domingo, 31 de agosto de 2008

Chinatown

Chinatown "Mis armas", del disco Opio 2005



jueves, 28 de agosto de 2008

El presidio Frontón Beti Jai en Logroño. Verano de 1936.

"Aquí mejor que en la "Divina Comedia" podría ponerse a la entrada el cartel: "Dejad toda esperanza vosotros que entráis en este lugar". [...].
Me llamaron al vestíbulo donde recibí un colchón, una manta y cigarrillos. El resto de la tarde la pasé con Policarpo, al que todos llamábamos Poli. [...]. Al anochecer un suboficial gritó con toda la fuerza de sus pulmones:
- ¡Rancho, a formar!
Entró un pelotón del cercano cuartel de artillería con inmensos calderos. Cuando destaparon las coberturas vimos una masa fría y nauseabunda de garbanzos con patatas. Una expresión triste de las caras acompañó el comentario en las colas: "Otra vez frío". Posteriormente comprendería yo el significado profundo de aquellas palabras. EL rancho, aunque de pésima calidad, podía comerse cuando estaba caliente; frío, ni los presos más hambrientos se llevaban a la boca media docena de cucharadas.
Llegó la hora de acostarse. A la voz de mando cogimos nuestras colchonetas para extenderlas sobre el suelo en los sitios indicados. Entre cada dos filas de lechos dejábamos un angosto pasillo de acuerdo con las instrucciones recibidas de los cabos de varas. Las potentes bombillas del techo, que antes iluminaban los partidos de pelota, quedaban encendidas toda la noche. El fuerte reflejo hería los ojos con tal intensidad, que aún cerrándolos era difícil evitar la molesta impresión en la retina. Pero otras razones imepedían el sueño.
Hacia las diez un silencio profundo cubrió la cancha donde yacían unos novecientos hombres. Era la calma precursora de la hora de la "Saca". Pasarían unos treinta minutos cuando oímos el ruido de un motor acompañado del chirrido de frenos al parar frente a la puerta exterior. Un pelotón de "camisas azules" entró en la cancha por la puerta del fondo, formando en doble fila. El suboficial que dirigía la prisión voceó lentamente de una lista nombre tras nombre, hasta hacer un total de dieciocho libertades provisionales firmadas por Bellod, el gobernador civil. La firma de la autoridad parecía dar garantías de no tratarse de un asesinato colectivo, aunque el método era una mejora técnica de la "Ley de Fugas". [...].
Pero entonces no sabíamos la suerte fatal de los nombrados en la lista de saca, con la certeza que tendríamos poco después. Muchos, con la esperanza de poder defenderse en el supuesto juicio nocturno, salían confiados y la escena de la partida era corta. El ruido del camión al alejarse daba una tranquilidad relativa. Por los negros agujeros de las claraboyas del techo entraba la tristeza de la noche, cientos de ojos se clavaron en esos rectángulos, que al perder su negrura traían el sueño para la mayoría de los presos. A cualquier hora de la noche podría reaparecer el camión de la muerte, "el veintiocho", como era llamado allí, pero al amanecer, el crimen huía de la luz.
Pasada la tensión del momento me pareció estar en alguna tenebrosa caverna de la cual habían salido dieciocho figuras pálidas, algunas tan flacas que parecían espectros. Poco después tuve que ir a las letrinas. El espectáculo que contemplé hubiera despertado náuseas en cualquier estómago por fuerte y sentado que fuera. Dos pequeños lavabos y dos retretes formaban la instalación sanitaria en la planta baja. [...]. A las séis de la mañana un penetrante toque de trompeta nos puso en pie. Inmediatamente después de recoger las colchonetas y arrimarlas contra las paredes, comenzaron las faenas de limpieza. La capa de pelusas medio podridas, revuelta con papeles, escupitajos, colillas, tenía en algunos sitios varios centímetros de espesor. Un baldeo seguido con lenta sedimentación de polvo dejó el local preparado para otra jornada, la primera completa para mi."


Extraído de Las Sacas (Memorias) de Patricio Escobal. Narración del primer día de su estancia en la prisión habilitada del frontón Beti Jai o frontón Avenida de Logroño en Julio de 1936.

lunes, 25 de agosto de 2008

LA LUCHA DE BLANSOL. 1968 en Palau de Plegamans.

LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE "BLANSOL" ES LA LUCHA DE TODA LA CLASE
OBRERA ESPAÑOLA

Esta frase sintetiza los niveles de conciencia y de lucha alcanzados por los obreros de esta empresa del Vallés. Iniciamos aquí un primer análisis político de esta agitación, con el fin de extraer unas indicaciones válidas para el trabajo político de los núcleos de comunistas y, en general, de todos los militantes de la lucha obrera. Partamos de los hechos.


LA EMPRESA.

"Blansol. S.L." es una explotación dedicada a la estampación de metales no férricos, cuyo capital (28 millones) pertenece prácticamente a un solo socio: Luis Sol Vallés. Sus características principales son: l) elevada modernización de los métodos productivos; 2) empleo de un reducido número de asalariados (54 obreros y 30 administrativos, técnicos y directivos); 3) ser casi un monopolio en el mercado nacional, ya que sólo otras 3 empresas disponen de una maquinaria y equipo técnico semejante, cubriendo así casi la totalidad de la producción; 4) estar atravesando un largo período de plena expansión económica (las inversiones pasaron de 3 millones en 1959, a los 28 en la actualidad), y 5) hallarse situada en Palau de Plegamans, población vecina de Sabadell que cuenta con 2.300 habitantes.


LAS ETAPAS DE LA AGITACIÓN

I. Dos procesos simultáneos: formación de un núcleo capaz de asumir la dirección y politización general de los trabajadores. Los tres primeros meses del año vienen marcados por la creación de una comisión obrera clandestina que se propone impulsar la lucha en la fábrica lanzando una campaña de toma de conciencia: las discusiones y lecturas entre los obreros en torno a cuestiones políticas y sindicales, generales y propias de la empresa, es el instrumento que se escoge. Esta movilización ideológica, que transcurre dentro y fuera de la fábrica, se traduce en numerosas reuniones y asambleas, se potencia con la distribución de un manifiesto político elaborado por el embrión inicial y desemboca en un primer escrito reivindicativo dirigido a la dirección.

II. Del núcleo clandestino a la acción abierta. A partir del mes de abril, los trabajadores funcionan en régimen de asamblea general, nombrando de entre ellos una comisión de dirección para la lucha; ésta se centra tanto en aspectos sindicales (preparación de un amplio estudio sobre la situación de los trabajadores) como políticos (se rechaza la tradicional invitación del patrono a una "comida de hermandad" con ocasión del Primero de mayo y participan masivamente en las acciones de esta jornada).

III. El enfrentamiento progresivo. Desde el mes de mayo, la agitación gira y crece alrededor de estos elementos:

INICIATIVA OBRERA
1er. pliego de reivindicaciones económico-políticas
ACTITUD DEL PATRONO
negativa
RESPUESTA OBRERA
propuesta de paro de media hora semanal

INICIATIVA OBRERA
elección de una comisión negociadora del 1er. pliego
ACTITUD DEL PATRONO
dilaciones y negativa bajo pretexto de crisis económica
RESPUESTA OBRERA
informe económico de los tt. desmintiendo la tesis patronal; asambleas diarias en la fábrica; sustitución de la propuesta de paro por la puesta en práctica del "trabajo a bajo rendimiento"; creación de la Caja de Resistencia

INICIATIVA OBRERA
2º pliego reivindicativo, firmado y entregado por todos, con paro de media hora
ACTITUD DEL PATRONO
negativa a la recepción del documento
RESPUESTA OBRERA
continuación del "bajo rendimiento"

INICIATIVA OBRERA
sentada de los tt. a la hora del desayuno y escrito de apoyo de los administrativos
ACTITUD DEL PATRONO
destitución del jefe de taller
RESPUESTA OBRERA
paros de media h. diaria
ACTITUD DEL PATRONO
dos intervenciones de la CNS coaccionando a los tt.
RESPUESTA OBRERA
paros de 1 h. diaria

INICIATIVA OBRERA
intento de negociación con el patrono en la CNS
ACTITUD DEL PATRONO
postura intransigente del P. y esquirola de la CNS
RESPUESTA OBRERA
sabotajes parciales a la producción
ACTITUD DEL PATRONO
nuevo jefe de taller: Buixader
RESPUESTA OBRERA
acciones contra Buixader
ACTITUD DEL PATRONO
amenaza y despido efectivo de un trabajador
RESPUESTA OBRERA
"trabajo lento" que acarrea el sabotaje
ACTITUD DEL PATRONO
amenaza de lock-out y puesta en práctica
RESPUESTA OBRERA
creación de una Caja de Compensación; marcha desde la CNS local hasta la fábrica, lo que sólo puede impedir la guardia civil

INICIATIVA OBRERA
estudio de las necesidades económicas y organización de la resistencia indefinida
ACTITUD DEL PATRONO
reapertura de la fábrica con 19 tt. auxiliares y encargados, permaneciendo casi inactiva
RESPUESTA OBRERA
se declaran en huelga los 35 restantes

IV. Las acciones legales. La vía legal no es más que una forma de lucha secundaria. Esto es lo que los trabajadores han comprendido mediante su "escalada" en la agitación, que los cauces legales son demasiado estrechos para la obtención de sus objetivos. Sin embargo, no los han abandonado por completo: los intentos reiterados de negociación, las propuestas a través de la CNS y las reclamaciones en Magistratura, así como facilitar constante información a la prensa, han sido los medios menores de su acción.

V. El intento de generalización del conflicto. Las características propias de la empresa, su localización y, sobre todo, el grado de radicalización de la lucha y su decisión de continuarla, han permitido que los 35 huelguistas de Blansol tomaran conciencia de que mantenerse aislados era condenarse a la esterilización. A partir de este momento sus iniciativas se han dirigido a promover la generalización de su lucha en todo el Vallés.
La sumaria descripción del proceso agitatorio de Blansol, nos coloca ante una serie de consecuencias políticas cuya validez general, verificada por esta lucha concreta, debe ser nuevamente comprobada por la discusión y acción de las masas.


LAS FORMAS POLÍTICO-ORGANIZATIVAS.

1. "Si quieres adquirir conocimientos participa en la práctica que modifica la realidad" (Mao). La mayoría de los 35 huelguistas de Blansol han empezado su práctica política con esta agitación, desarrollando su conciencia de clase a todos los niveles: necesidad de la lucha unitaria, de la organización, validez y progresión de la lucha económica hacia la lucha política, viabilidad de unas u otras formas de lucha... Este es el camino prioritario para el desarrollo de la lucha de clases, para la realización de un trabajo de masas.

2. El núcleo organizativo inicial con carácter clandestino, tiene una función exclusivamente preparatoria de la lucha general: se da un órgano de expresión (manifiesto político, boletín) y potencia la lucha ideológica (discusiones políticas y sindicales).

3. El trabajo político clandestino deja de ser válido si, replegado en sí mismo, es incapaz de desplegar un movimiento de masas; y es sólo parcialmente válido (para las cuestiones técnicas de propaganda de preparación de la violencia de las masas), cuando la movilización, de mera posibilidad se convierte en realidad.

4. La asamblea, la organización de masas, es un instrumento imprescindible para el desarrollo y control de la lucha; la comisión será un autentico órgano de dirección de las masas, en la medida en que no se desvincule de ellas, de la asamblea.

5. El contenido político que desde un principio ha de adquirir toda lucha obrera. Ya en las primeras reivindicaciones de Blansol, se plantea el control de las sanciones por parte de los representantes obreros; se crea una Caja de Resistencia (en donde los que no pierden prima con el trabajo a bajo rendimiento, aportan toda la diferencia con respecto a los que la pierden); y además las reivindicaciones planteadas tienden claramente a nivelar las diferencias salariales, llegando a no reivindicar nada en favor de las categorías profesionales superiores.

6. La generalización de la lucha específica de una fábrica sólo será viable con el desarrollo de un potente movimiento obrero y popular. La insuficiencia de este movimiento de masas ha sido nuevamente puesto de relieve por la débil respuesta del aparato general de CC.OO. a la lucha obrera de Blansol: escépticamente seguida al principio, débilmente apoyada (en lo político sobre todo) después. Hay que notar, sin embargo, la capacidad de movilización demostrada por las. C.O.J. del Vallés y Barcelona (organización de manifestaciones "fantasma" en Sardanyola y Barcelona y eficaz distribución de propaganda política en varios puntos del Vallés); al mismo tiempo, se ha verificado que allí donde existen verdaderas organizaciones de fábrica (algunas de ellas relativamente separadas del aparato general de CC.OO.), la capacidad de movilización política ha sido la más elevada (JORESA en Sardanyola, UNIDAD HERMÉTICA y otras empresas del metal en Sabadell, sector textil en Tarrasa).
Constatamos así la principal deficiencia del actual aparato de CC.OO.: su debilidad política, su baja capacidad de movilización. Lo que nos obliga a proponer a todos los militantes comunistas y de la lucha obrera, por lo menos una amplia discusión política en torno a estos puntos mínimos:

a) La organización revolucionaria de la clase obrera, ¿debe separar la lucha política de la sindical? y, por consiguiente, ¿es válida la existencia de una organización autónoma para la lucha sindical?
b) ¿En qué medida es válido el planteamiento teórico de CC.OO. que las define como instrumento de lucha exclusivamente sindical?
c) La organización por ramos de CC.OO. -notorio mimetismo con los sindicatos europeos y con la CNS-, ¿no implica un riesgo grave de sectorilización de la lucha y un peligro evidente de corporativismo? ¿Hasta qué punto una organización por unidades geográficas, que comprendiese barrio y fábricas, sería una solución a este difícil problema?


LAS FORMAS DE LUCHA

1. Toda acción obrera debe responder al grado de conciencia alcanzado por quienes la realizan y ser tanto el fruto de su iniciativa como de su capacidad de respuesta a las provocaciones patronales. Y son el desarrollo de la lucha y de la conciencia de clase en ella adquirida, las causas determinantes de los saltos de una forma de lucha inferior a otra superior.
La agitación de Blansol es una comprobación más de la validez de estas tesis. La lucha ideológica inicial sienta las bases de la lucha económico-política posterior. Esta parte de una propuesta de paros semanales (respuesta prevista ante una eventual negativa a las reivindicaciones), sigue con la puesta en práctica del bajo rendimiento (sustitutivo de la primitiva propuesta de paros que responde a una decisión política: esta forma de lucha es la que mejor se adapta al nivel de conciencia general, posibilita una mayor continuidad de la agitación y reserva para el futuro las formas de lucha superiores) y con la creación de la Caja de Resistencia, continúa con los paros parciales de duración progresiva, con el trabajo lento que implica el sabotaje (que es un paso lógico más en el proceso de lucha cada vez más violento, y no una acción reaccionaria contra la máquina), con el intento de ocupación de la fábrica, y termina con la declaración en huelga de 35 trabajadores; las sentadas, entregas conjuntas de escritos reivindicativos y agresiones a los esquiroles, son [aditamentos] reveladores de la conciencia adquirida por los obreros de Blansol. Todas estas acciones son, por otra parte, la respuesta adecuada a la "escalada" de provocaciones del patrono: primero las negativas y dilaciones en la negociación, luego las amenazas, después los despidos, más tarde el lock-out y, finalmente, la reapertura con intención de no readmitir a todos los trabajadores.

2. A las deficiencias político-organizativas del aparato de CC.00. lógicamente, les siguen las insuficiencias en sus formas de lucha. Estas se han visto reducidas prácticamente a una acción de solidaridad pasiva: la ayuda económica, en perjuicio del carácter político de toda acción de solidaridad. De este modo, se han olvidado formas de lucha mucho más eficaces para la continuidad política de la lucha emprendida en Blansol, tales como el boicot desencadenado en las empresas de algún modo relacionadas con la producción de Blansol, (como por ejemplo en Roca, o ENASA, principales clientes de Blansol y que probablemente han financiado su subsistencia económica durante la agitación); como la generalización de paros y huelgas a partir de las fábricas situadas en la misma zona: éstas son formas claras de solidaridad activa y no artificial.
Las indicaciones generales y válidas para el trabajo político del primer análisis de esta agitación, son las que nos permiten afirmar que LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE BLANSOL ES LA LUCHA BE TODA LA CLASE 0BRERA ESPAÑOLA


Informe extraído del Archivo Digital de la autonomía obrera.

viernes, 22 de agosto de 2008

La Semana Trágica. Barcelona, a finales de julio de 1909.

La situación en Barcelona era cada vez más crítica, el gabinete de Maura anunció el 11 de julio que los reservistas se incorporarían al servicio activo en Marruecos. Esta convocatoria no fue del todo una sorpresa. Los esporádicos enfrentamientos entre las tribus rifeñas y las tropas españolas venían sucediéndose desde hacía semanas. La atmósfera bélica era palpable, y no era un secreteo para nadie que los rifeños amenazaban las rutas de abastecimiento de las valiosas minas de hierro, que eran propiedad de los principales capitalistas españoles. Para los trabajadores españoles la perspectiva de verter su sangre en defensa de las posiciones coloniales de unos pocos maganates acaudalados no resultaba particularmente tentadora. La decisión de Maura provocaría dramáticas escenas en Barcelona, principal puerto de embarque para Marruecos. Muchos reservistas eran trabajadores catalanes, sumamente pobres, cuyas familias no estaban en condiciones de prescindir ni siquiera por unos pocos días de quienes ganaban el sustento, y mucho menos de permitir que sus vidas fueran puestas en peligro en aventuras imperialistas. Un sentimiento profundamente antibelicista se extendió por todo el país. EL 18 de julio, Pablo Iglesias, un hombre que durante décadas había hecho de la prudencia la tónica de la política socialista, advirtió durante un mitin contra la guerra que si fuera necesario los trabajadores declararían una huelga general, con todas sus consecuencias.
¿Pero cuándo sería necesario? El mismo día del discurso de Iglesias, los rifeños atacaron las líneas españolas de abastecimiento, convirtiendo lo que hasta entonces habían sido una sucesión de pequeñas escaramuzas en una guerra a gran escala. Las manifestaciones en el puerto catalán se extendieron a las estaciones de ferrocarril y a otras ciudades donde se reclutaban reservistas. La crisis se agudizaría en Barcelona cuando el 21 de julio El Poble Catalá publicó una petición de los socialistas catalanes a la secretaría general de Madrid, llamando a la huelga general en toda España. Pasó casi una semana desde la advertencia de Iglesias, sin que la UGT se decidiera a tomar alguna decisión. Mientras tanto los disturbios aumentaban en todo el país. Según un editorial de el El Poble Catalá, la situación no era alentadora: "Se han cerrado las válvulas y el vapor se está calentando. ¿Quién sabe si explotará?".


Esta situación inestable desapareció el 24 de julio, cuando dos anarquistas de Barcelona, José Rodríguez Romero y Miguel Villalobos Morena, decidieron constituirse como núcleo de un Comité de huelga. Rodríguez Romero era un anarcosindicalista que trabajaba en Solidaridad Obrera, y Villalobos Morena había sido maestro de un pueblo minero, hasta que se vio forzado a abandonar la escuela por haber divulgado ideas anarquistas. Villalobos, que había pertenecido a la plantilla de la Escuela Moderna de Ferrer, representó a los "sindicalistas" en el Comité de huelga. Por supuesto, estos dos hombres, por su dedicación a los ideales de una sociedad libertaria y por su métodos libertarios de lucha, podían considerarse anarquistas.
Reunieron fonfos entre los militantes de Solidaridad Obrera y empezaron a recorrer la ciudad entrevistando a diferente líderes para obtener su participación. Enfrentados a una situación insostenible, los socialistas catalanes, que habían estado esperando noticias de Madrid, no tuvieron otra alternativa que unirse al Comité. Quedarse al margen les hubiera supuesto perder la oportunidad de desempeñar un importante papel en el proceso de huelga.
Dentro del grupo de los radicales la huelga provocaría la división entre los líderes principales y la masa de militantes. Lerroux había marchado al extranjero en febrero de 1909, huyendo de un juicio por sedición provocado por un artículo suyo. Lerroux, prudentemente, permaneció fuera hasta octubre de 1909, cuando todo rastro de conflicto había desaparecido. La direcció del partido recayó en Emiliano Iglesias Ambrosio, un astuto abogado cuya única línea política consistiría en obstaculizar todo lo posible la acción revolucionaria sin perjudicar la imagen radical. Aunque trataron de lograr el favor tanto de los altos mandos militares como de los trabajadores -dos campos esencialmente antagónicos-, los políticos radicales no consiguieron satisfacer a ninguno de los dos grupos. Si bien un año más tarde los radicales iban a lograr una amplia victoria electoral, los trabajadores catalanes ya habían abandonado por aquel entonces el partido y toda actividad política. Por su parte, el ejército formaría sus propias organizaciones, las Juntas de Defensa, y desde entonces su orientación sería casi en exclusiva reaccionaria.
El Coimité de huelga se formó la noche de un sábado, y el lunes la huelga ya estaba en marcha. Durante las primeras horas de la mañana, delegaciones del Comité se presentaron en las puertas de las fábricas, exhortando a los trabajadores a unirse al paro. Los patronos cerraron sus fábricas una vez más para proteger sus propiedades, acrecentando, como ya había ocurrido en el 1902, las filas de los huelguistas. Los anarquistas asociados a Tierra y Libertad intentaron convertir la huelga en una insurrección, pero las autoridades arrestaron de inmediato a los más importantes activistas de este grupo por incitar a las masas al ataque de los cuarteles de la policía. De este modo fueron eliminados de la escena tan pronto como se inició la huelga. Los socialistas, por otra parte, temerosos de los "desórdenes anarquistas", trataron de limitar la huelga a una protesta antibelicista y consideraron todo intento de rebelión como aventurado.
Los acontecimientos iban a asombrar al mundo entero. Durante la semana comprendida entre el 26 de julio y el primero de agosto, Barcelona ofrecía el espectáculo de una insurrección a gran escala, una sublevación prácticamente espontánea que no recibía indicaciones apenas de los líderes sindicales o del Partido Radical. Como comenta Anselmo Lorenzo en una carta a Tárrida del Mármol, que se encontraba en Londres, "lo que está sucediendo aquí es asombroso. En Barcelona ha estallado una revolución social y ha sido desencadenada por el pueblo. Nadie la ha instigado. Nadie la ha dirigido. Ni los liberales, ni los nacionalistas catalanes, ni los republicanos, ni los socialistas, ni los anarquistas".
Si Lorenzo hubiese conocido todos los detalles, habría añadido que el gobierno civil en la ciudad se había desplomado. El primer día de huelga, el entonces gobernador, don Ángel Ossorio y Gallardo, dimitió de su cargo y se retiró muy irritado a su mansión veraniega en el Tibidabo. El Capitán General de Cataluña, receloso de la guarnición local, confinó a la mayoría de su tropa en los cuarteles, dejando las calles en manos de los revolucionarios.


Todos aquellos que despuntaron de algún modo durante la insurrección eran militantes pertenecientes al Partido Radical y a Solidaridad Obrera. Debido a la falta de liderazgo de la sublevación, los militantes fueron los líderes, según observa Joan Conelly Ullman en su detallado estudio sobre la insurrección. Eran anarquistas en sus convicciones, aun cuando nominalmente fueran miembros del Partido Radical o de Solidaridad Obrera. Sus esfuerzos nunca fueron coordinados por el Comité, que rechazó dictar ningún tipo de normas y empleó la mayor parte de su tiempo intentando convencer al jefe radical Iglesias para que se uniese a ellos. Iglesias, preocupado en aquel momento únicamente por su seguridad personal, se negó a ello. Así, desde el comienzo de la insurrección siguó su propio curso. El gentío que vagaba por las calles principales trataba de manera muy diferente a soldados y a policías. Los primeros eran saludados con vivas y proclamas en contra de la guerra; los cuarteles de la Guardia Civil, por el contrario, fueron atacados ferozmente. Esta hábil estrategia tuvo éxito: la policía desapareció prácticamente de la escena, y en el Paseo de Colón un grupo de dragones se negó a obedecer la orden de abrir fuego contra la multitud. Las líneas férreas de entrada a la ciudad fueron dinamitadas, de modo que Barcelona quedó aislada por un tiempo de las guarniciones externas. En los distritos obreros se levantaron barricadas y se repartieron armas. Las mujeres desempeñaron un papel muy importante en la rebelión, y a menudo se unieron a los hombres en el momento de la lucha. La contienda no solo movilizó a trabajadores y murcianos, sino que involucró también a grupos de desclasados, especialmente prostitutas.
A pesar de las objecciones a la eficacia de la espontaneida popular, la insurrección no fue derrotada por la falta de liderazgo. El problema crucial fue la falta de apoyo exterior. La interrupción de las comunicaciones entre Barcelona y el resto de España resultó ventajosa para el gobierno, quien tergiversó los hechos y presentó la sublevación como un movimiento exclusivamente autonomista. Los obreros y campesinos no catalanes, apaciguados por esta falsa imagen de los sucesos, no tomaron ninguna iniciativa para apoyar a los revolucionarios. Con la excepción de un grupo de trabajadores de las ciudades cercanas, el proletariado de Barcelona luchó solo y lo hizo con gran coraje e iniciativa. El miércoles 28 de julio llegó a la ciudad un importante destacamento de tropas que se desplegó para ir al encuentro de los insurrectos. La intensa lucha se prolongó hasta bien entrado el día siguiente. En las barriadas de Clot y Poble Nou la resistencia de los trabajadores fue tan tenaz que fue necesaria la artillería para despejar las barricadas, y después de que éstas fueran arrasadas, la lucha continuó en el interior de los edificios y en las azoteas.
En otros lugares el combate fue esporádico. La moral de los tabajadores había decaído debido a las noticias de que la rebelión era un hecho aislado. Por ejemplo, la UGT, única federación obrera de ámbito nacional por entonces, no emitió ningún llamamiento a la huelga general hasta la noche del marte 27 de julio, dos días después del levantamiento de Barcelona. El llamamiento, además, no fue distribuido hasta el miércoles, y fijaba la huelga para el lunes siguiente, 2 de agosto, dos días después de que la insurrección de Barcelona hubiera sido reprimida.


Los objetivos de la insurrección estaban poco claros. Para los socialistas, como hemos dicho, se trataba de una sublevación en contra de la guerra; para los anarquistas, una revolución social, y para los republicanos, un ataque contra la monarquía. El marte 27 de julio se desencadenó una violenta persecución anticlerical que continuaría hasta el fin de la misma sublevación. Antes de terminar la semana, alrededor de ochenta iglesias, monasterios e insituciones católicas benéficas fueron destruidas. Hoy está probado que el enorme daño causado a las instituciones clericales fue instigado por los políticos radiclaes, que deseaban desviar a los trabajadores de la vía revolucionaria y encauzar su descontento medianta la destrucción de la propiedad eclesiástica.
No hizo falta mucho para convencerles: los trabajadores detestaban a la Iglesia, y lo mismo sucedía con la clase media radical de Barcelona. Los monasterios y conventos de monjas, se decía, eran prisiones donde las novicias indóciles eran vejadas hasta la total sumisión o sencillamente asesinadas. El pueblo asociaba a la Iglesia con el terror y la tortura, lo que dio lugar a numerosos incidentes macabros. Tras "liberar" a frailes y a monjas, los bienintencionados agresores procedieron a exhumar los cuerpos enterrados en las criptas monásticas y en los cementerios, buscando evidencias de malos tratos producidos antes de la muerte. Cuando encontraron algunos cadáveres con las extremidades atadas (una práctica habitual entre las monjas Jerónimas), llevaron los cuerpos al ayuntamiento como prueba de las torturas. En algunos casos, varios cadáveres fueron depositados delante de las casas de prohombres católicos. Un joven carbonero algo simple, Ramó Clemente García, ejecutó una danza obscena con uno de los cadáveres, como "diversión". Fue arrestado por la Guardia Civil y poco después murió en el paredón, acusado de "construir barricadas".


La lucha en Barcelona llegó a su fin el sábado 31 de julio, cuando Horta, la última avanzada de resistencia rebelde, fue dominada. Allí los rebeldes lucharon hasta que fue imposible continuar el combate. Cuando la Semana Trágica finalizó, la policía registró un saldo de bajas de sólo 8 muertos y 142 heridos. La cifra oficial de muertes entre la población civil fue de 104, pero es casi seguro que estas cifras fueron manipuladas y deben ser contrastadas con los 600 muertos de los que habla Buenacasa (Buenacasa fue uno de los participantes en la sublevación, y sus datos, si bien indicaban cifras seis veces mayores que las oficiales, no deben ser desestimados). El número de heridos no se conocerá nunca. Aunque la prensa reaccionaria exigía que se castigara "la furia del diablo con la furia de Dios", en realidad sólo dos monjes fueron asesinados deliberadanente. En los asaltos contra instituciones religiosas el objetivo no era matar sino -según Joan Conelly Ullman- "destruir la propiedad -la riqueza- del clero".
Tan pronto como terminó el alzamiento se establecieron tribunales militares para castigar a los revolucionarios. De acuerdo con la informaciones oficiales, en el periodo de los diez mese siguientes al levantamiento, 1.725 personas fueron acusadas por los tribunales militares y 214 escaparon a la persecución del ejército y no fueron nunca capturadas. Durante las investigaciones, los tribunales tuvieron que retirar los cargos sobre 469 personas y poner en libertad a otras 584. El resto de acusados, alrededor de 450, fueron juzgadas y condenadas a los más variados periodos de reclusión; 17 fueron condenados a muerte, aunque sólo se ejecutó a 5.
En cuatro de los casos en que se aplicó la pena capital, los procesos carecieron de bases judiciales: las víctimas fueron ejecutadas no porque hubiesen cometido las graves ofensas de que fueron acusadas, sino porque las autoridades querían que sirviesen de ejemplo. Los militares, al parecer, habían decidido ejecutar a una persona por cada incidente importante. La selección de víctimas fue muy arbitraria. La quinta y última persona en ser ejecutada fue Francisco Ferrer i Guardia. Ferrer había permanecido en el extranjero entre marzo y julio de 1909. Había regresado a Barcelona para visitar a su cuñada enferma y a una sobrina que estaba muy grave. Durante la insurrección pasó la mayor parte del tiempo en su casa de campo, situada a unos veinticinco kilómetros de Barcelona, y sus movimientos fueron controlados muy de cerca por la policía.


Ferrer tenía muy poca influencia entre las masas revolucionarias y los radicales de la ciudad. Aunque había protegido a anarquistas tan notorios como Anselmo Lorenzo y "Federico Urales" (Juan Montseny), los anarquistas y sindicalistas no aprobaban sus actividades financieras y la notoriedad que había alcanzado su vida privada. Los radicales estaban interesados en Ferrer por las contribuciones económicas que pudiese hacer a la causa. Los socialistas, por su parte, lo detestaban. Casi todos lo veían como un elemento necesario y se mostraban diligentes a la hora de recibir su dinero (por ejemplo, la sede central de Solidaridad Obrera había sido arrendada con un préstamo de Ferrer), pero estaban muy poco dispuestos a escuchar sus consejos.
Sin embargo, este hombre era un auténtico revolucionario. En contraste con los líderes radicales, como Iglesias, él tenía la esperanza de que la huelga general se convirtiera en una revolución. El gobierno y el clero le odiaban y era obvio que intentaría destruirle. Cuando fue capturado el 31 de agosto, después de permanecer durante cinco semanas escondido en su masía, los prelados de Barcelona enviaron una carta a Maura exigiendo públicamente una acción enérgica contra Ferrer y su Escuela Moderna. La respuesta de Maura fue la siguiente: "el gobierno obrará de acuerdo con el espíritu de vuestra carta y las líneas de conducta que señaláis".
Francisco Ferrer fue condenado a muerte por un tribunal militar que ya había dictado veredicto mucho antes de que el proceso comenzase. Los procedimientos duraron tan sólo un día. Durante el proceso ser cometieron irregularidades que escandalizaron a la opinión pública mundial: por ejemplo, se admitieron como pruebas contra el acusado rumores y declaraciones de personas anónimas. Prisionero que tenían que responder por sus propios y graves atentados, tuvieron la oportunidad de rebajar sus duras condenas a cambio de declarar en contra de Ferrer. En cambio, las pruebas a favor del acusado fueron eliminadas, y en general la actuación procesal resultó escandalosa incluso para lo que era habitual en la época. Un testigo declaró que Ferrer había participado en la quema de conventos de una barriada donde en realidad no se había producido ni un solo incendio.


La mañana del 13 de octubre de 1909, Ferrer fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en el castillo de Montjuïc. Se dice que se enfrentó a la muerte con gran serenidad y valor. Cuando los soldados lo apuntaron con sus armas, gritó: "¡Soy inocente! ¡Viva la Escuela Moderna!".
El asesinato judicial de Ferrer fue un acto no sólo de tremenda injusticia, sino también una enorme estupidez política. El proceso suscitó una oleada de manifestaciones por toda Europa y contribuyó directamente a la caída del gabinete de Maura. No menos importantes fueron los efectos a largo plazo que tendrían las jornadas represivas que siguieron a la sublevación. El gobierno utilizó la rebelión como excusa para suprimir los sindicatos catalanes, suspender las publicaciones de la oposición y cerrar todas las escuelas laicas privadas de la provincia. Aunque toda España estuvo sometida a la ley marcial desde el momento que comenzó la insurrección, el régimen civil no se restableció en Cataluña hasta el 7 de noviembre, es decir, seis semanas más tarde que en el resto del país. Estas medidas radicalizaron más al proletariado de catalán, al tiempo que incrementaron la influencia anarcosindicalista en el movimiento obrero.
La Semana Trágica acercó a la patronal catalana a Madrid, y fue el principio del fin de las políticas independentistas burguesas en Cataluña. En realidad, casi todo el mundo en España se volvió receloso hacia los métodos electorales y confió en el subterfugio político y la acción directa. Los miembros de las clases privilegiadas comenzaron a vivir bajo la sombra de una sola preocupación: el miedo a una insurrección en masa del proletariado urbano. El estancamiento interior de estas clases terminaría por paralizar por completo el sistema constitucional, restringiendo la vida política a maniobras que tenían lugar dentro del gobierno.
Irónicamente, la sublevación de Barcelona podría haber revitalizado el agonizante sistema del turnismo -del mismo modo que la rebelión federalista de 1873 lo había propiciado- si no hubiera sido por las maquinaciones políticas del joven rey Alfonso XIII. Su evidente intervención en asuntos parlamentarios asestaría un golpe fatal a la política electoral, conduciendo directamente a la dictadura de Primo de Rivera de los años veinte.

Texto extraído del capítulo La Semana Trágica del libro Los anarquistas españoles de Murray Bookchin. Numa ediciones 2000.

jueves, 21 de agosto de 2008

Asian Dub Foundation

Asian Dub Foundation "Fortress Europe". Que caiga la fortaleza europea!. El tema es del disco Enemy of the enemy, año 2003.



martes, 5 de agosto de 2008

La huelga de limpiador@s del Metro de Madrid. Diciembre 2007 - Enero 2008.



La historia que aquí pretendemos narrar no es otra cosa que una creación no original de la huelga de limpieza de metro. Una creación porque la realidad objetiva es sólo la falsa legitimación de la que se dotan los medios de propaganda del capital y el estado. Nosotros reivindicamos nuestra historia como una creación nuestra, nos creamos nuestra identidad, nuestra historia, nuestra manera de ver el mundo con la clara conciencia de que esa visión pretende ser útil a la transformación y no a la reproducción del sistema. Y esta creación no es original porque nosotras no somos el origen de ella misma, las autoras de esta creación han sido las trabajadoras, que de una manera protagonista o no, han participado en esta lucha y autoras también las enemigas de estas, en cualquiera de sus estratégicas posiciones.
En otras palabras, pretendemos crear, componer nuestra visión de aquello que ha acontecido en la batalla de metro de las navidades 07-08 en la lucha de clases. Cuáles han sido los pilares de esta huelga, su evolución, sus aciertos, sus errores, sus debilidades, los golpes dados y los encajados.
Lo primero que queremos hacer es clarificar la medida de esta huelga. El enemigo que teníamos delante era férreo, duro y rígido. Delante teníamos a los especuladores del ladrillo, una mezcla de constructores y banqueros, con muy “extensa y diversificada inversión de capital”. Se enriquecen con la rapiña que supone hacer de las casas una mercancía más que compran y venden o acumulan, y de la acumulación de capital pueden crear empresas, comprar concesiones estatales para seguir enriqueciéndose del trabajo de los limpiadores. Un negocio redondo cobrar dinero estatal por el trabajo de las empleadas. Sabiduría burguesa escrita en el génesis de sus manuales de economía, ganarse el lujo con el sudor del “d´enfrente”.
Y quiénes éramos nosotras; nosotras éramos los trabajadores y trabajadoras del metro y aquellos que nos hemos identificado con ellos, que hemos cerrado filas entre las explotadas, que después de años de derrota, de pérdida generalizada de identidad colectiva, de desorientación, de categorías laborales, de aburguesamiento, de consumo, de mediación, todavía seguimos tratando de articular nuestra clase para que autónomamente tome las riendas de su futuro.


Y una vez presentados los actores nos falta por situar la lucha en su espacio y su tiempo. Ya hemos comentado las dificultades con las que nos enfrentamos en este periodo temporal, después de la derrota asestada a la clase obrera hace ya pizca más o menos treinta años, con la consecuente pérdida de conciencia de clase, de unidad, de conocimiento de experiencias, con la inclusión del discurso y las prácticas representativas y capitalistas dentro de las situaciones de lucha.
Nos hemos encontrado con unos trabajadores que carecían de los conocimientos históricos y estratégicos, de las prácticas autónomas y directas para poder desarrollar su lucha de una forma óptima. Es lamentablemente un periodo en el que las trabajadoras en lucha no encuentran un colchón social que las proteja, potencie y se solidarice con ellas. Un momento histórico en el que el capital se encuentra fuerte en su lucha por la explotación.
El momento de la huelga merece ser comentado en su periodo histórico y en sus acertadas fechas. Los trabajadores han desarrollado una huelga que no solo trata de consolidar condiciones laborales adquiridas hace años, sino que trata de arrancar otras con las que aspiran otros colectivos laborales, como puede ser la cláusula de garantía laboral o la jornada de 35 horas. La elección de las navidades ha supuesto un marco de oportunidades importante.
Las trabajadoras contaban con la paga extra de navidad para poder resistir una huelga que se preveía larga, las vacaciones aumentaban el número de viajeros en la almendra central del metro de Madrid, trinchera de las batallas más duras. Dicho aumento significaba mayor necesidad de limpieza, lo que quiere decir mayor presión para la empresa y garantizaba la atención de la sociedad.
La tabla reivindicativa ha supuesto a la vez uno de sus puntos fuertes e unitarios y una de las debilidades de esta huelga, porque si bien ha tenido la pretensión de unificar a los trabajadores, equiparando las condiciones económicas y sociales sin distinción de categoría, antigüedad o empresa y sirvió como acuerdo aceptado por todas las trabajadoras, esta tabla reivindicativa llovió de las reuniones de representantes y delegados sindicales y no emanó directamente de los trabajadores, lo que supone una pérdida de iniciativa de estos.
Que en un principio las asambleas de centro fuesen de carácter informativo y posteriormente sirviesen sólo para corroborar las decisiones y acuerdos del comité de huelga significaba utilizar a las asambleas como comparsa y no como órgano decisorio y vinculante de control obrero.
La huelga empezó fuerte sorprendiendo a propios y extraños, los incidentes registrados en algunas estaciones y centros de trabajo de las empresas de limpieza y el comportamiento de la patronal, deteniendo a cuatro trabajadores, abusando de sus armas contra la huelga como son los servicios mínimos y la utilización del esquirolaje mas vil, radicalizaron pronto esta huelga. De inmediato la protesta de estas “marujas con fregona” (como dijo uno de los patronos) se transformó en una huelga llamada a marcar un punto importante en los procesos de lucha en el Madriz de estos años. Porque ya no estamos acostumbrados a ver una huelga indefinida, de más de 1.500 trabajador@s, de distintas empresas, de distintos sindicatos y sin sindicar, unidos por una tabla reivindicativa que trata de no categorizar a las trabajadoras, sino de unirlas en unos puntos comunes, que moviliza a sectores sociales solidarizados con las trabajadoras, que genera un debate dentro y fuera de los vagones, que es capaz de provocar iras y errores en el enemigo y que se extiende de manera descentralizada.


Desde el principio tuvo un seguimiento masivo y se mantuvo firme a pesar de las amenazas de las empresas y de la urgencia con la que algunos sindicatos buscaban el acuerdo. La primera semana este seguimiento masivo y esta firmeza aumentó el número de huelguistas y exaltó los ánimos, los trabajadores tomaron conciencia de su fuerza, si bien los sindicalistas trataban de llevar la batalla a su campo especializado de legalidades, denuncias, mamoneos permitidos por unas trabajadoras desarticuladas organizativamente y sin iniciativa autónoma.
La patronal convencida de su superioridad, pero sin querer dar la oportunidad a su enemigo de clase de golpearle, inicia los trámites para declarar la huelga ilegal, como paso previo a la imposición del laudo por parte de sus sirvientas políticas, ocultando información, eliminando posibilidades de intervención a los sindicatos y amenazando a las trabajadoras.
Pronto lanzaron a sus perros de guardia, a la policía, para debilitar las acciones de los trabajadores y a sus perros de prensa para manipular y criminalizar y evitar así la solidaridad que pudiese difundirse entre trabajadores. Empiezan aquí a usarse palabras como usuario en lugar de trabajador viajero; vándalos en lugar de huelguistas o paros en lugar de huelga. No faltan los servicios desinformativos, donde para no arriesgar encuestan a turistas extranjeras de edad avanzada y clase acomodada sobre la impresión que les produce la falta de limpieza, por extensión, la falta de responsabilidad al servicio de los intereses de la nación, que son los intereses de la clase dominante.
Las trabajadoras resisten la primera embestida y ganan fuerza, su primer ataque sufrido, consistente en amenazas, detenciones, coacciones y esquirolaje es esquivado y respondido, continúan la huelga, los piquetes, las acciones y aparecen carteles y textos por parte de grupos anticapitalistas informando de la huelga y con acciones para visualizar el conflicto (manchando) y meter presión a metro y de paso bajar los humos a esos policías frustrados que son los seguratas.
La huelga por lo tanto continúa, la ruptura de las negociaciones después del viernes 21 se produce por parte del comité de huelga y es ratificado por la asamblea ante la negativa de la patronal de negociar puntos como la garantía laboral y el plus de toxicidad.
La renovación de los contratos de algunas trabajadoras en estas fechas de inusual solidaridad obrera se convierte en un punto añadido en la negociación de la tabla. Los trabajadores se dan unos aires que irrita a las jefas y patronos acostumbrados a ver las nucas de las orejas gachas y no la frente de las cabezas altas. Mientras tanto ese fin de semana hay un festival de acciones apestosas, coloristas, salvajes, en decenas de paradas hay bolsas de basuras, pelos, carbón de los reyes magos, pintadas, contenedores de basura que bajan a pillarse la línea 5 y extintores que avivan la llama de la rebeldía.
El 27 se sabe que la empresa como represalia despide a 50 trabajadores, los huelguistas no se amilanan, sigue la huelga, la readmisión de despedidos es un punto más de la tabla, y si la patronal se pone farruca los servicios mínimos se mandarán a freír espárragos. Sin embargo este último as se seguirá conservando en la manga.
En estos momentos la política-patrona-rica Espe (culación) Aguirre da un golpe de efecto, amenaza con rescindir los contratos de las empresas concesionarias, en un intento de asustar a los trabajadores con el paro, sin embargo, se le olvidó leer la cláusula del convenio, que obliga a la siguiente empresa concesionaria a contratar a las trabajadoras. En fin, las prisas, le llevaron a pasar una patata caliente a sus amigos de la patronal. Queriendo echarles una mano les deja sin el negocio y los trabajadores con la seguridad de que esa patata no les estallará a ell@s. Sin embargo esta brabuconada se desinflará pronto.
Las negociaciones se habían reanudado pero cada reunión supone una nueva ruptura y estamos ya a 28.
El 30 se hace pública la convocatoria de una manifestación para el 2, una demostración de fuerza que partirá de Atocha y llegará a Tirso. Y el 30 también nueva bajada de pantalones de la Comunidad, tienen que suspender la San Silvestre Subterránea, les duele, les pica esta afrenta frente al Comité Olímpico Internacional. Las trabajadoras insubordinadas no han dado brillo a ese proyecto especulativo, que es el Madrid Olímpico.
Y esa tarde se reúnen distintos colectivos anticapitalistas para coordinar ese apoyo a la huelga, de allí sale un bloque de apoyo a la mani, propaganda y comunicado. Se intenta coordinar algo que ya estaba “de facto” y es el apoyo de la militancia anticapitalista. La huelga terminará antes de una segunda reunión donde se desarrollasen nuevos apoyos, ideas y propuestas.
Sin embargo, cuesta romper ese cerco que nos aísla del resto de trabajadores de otros sectores y menos concienciados políticamente. Los medios de desinformación han afilado sus armas y mejorado su puntería. Cuesta sumar nuevas fuerzas y aportaciones a los piquetes y acciones, así como solidaridad económica para sostener una huelga que se está alargando.
Pese a que las empresas forman parte de grupos constructores e inmobiliarios, la lucha se centra solo en el metro, falta la solidaridad de otros trabajadores de esos grupos, como son los de la construcción o por ejemplo, de las plataformas de barrio que luchan contra la especulación, para desentramar todo el escenario que se han montado en torno a un solo objetivo, el enriquecimiento de los empresarios a costa del trabajo y el endeudamiento nuestro.
El resto de limpiadores de otros sitios se mantienen al margen, universidades, hospitales, resto de centros públicos o privados no mueven pieza, no golpean al unísono. Posponen sus movilizaciones para después, tratando de aprovecharse de la lucha de las demás, en lugar de sumarse inmediatamente. Aquí nos referimos a la actitud de las representantes sindicales de limpieza del aeropuerto, que llegan a convocar el día 4 para empezar el 16 o las movilizaciones que se preparan en las fechas cercanas a las elecciones dentro del sector de la limpieza.
El día de nochevieja continúa la lucha, se difunde el número de cuenta bancaria para sostener económicamente la huelga. Una caja de resistencia que debería apoyar a las huelguistas y la lucha con sus consecuencias y no llenar los bolsillos de liberadas sindicales. Y se hace una concentración en Sol a las cuatro para calentar los motores de la manifestación.
La patronal vuelve a golpear con el miedo, identifican a 22 personas que supuestamente han realizado actos de solidaridad con la huelga. A nosotras, y para la lucha, es indiferente los conceptos de legal o ilegal, culpable o inocente, lo importante es acrecentar, aumentar el poder de los trabajadores, presionar a la patronal. Lo curioso es que a los patronos, que son los que hacen las leyes a su medida para defender sus intereses, también les da igual, no identifican a 22 en cuanto que solidarias sino que tratan de intimidar al resto y debilitar los apoyos a la huelga. Desde entonces se generalizará el corte de cables de las cámaras para evitar su control y manipulación por parte de la patronal. Ésta trata de formar, intimidando a trabajadores, cuadrillas de limpiadores que sumaría a los servicios mínimos. Cuando todas sabemos que el esquirolaje es una villanía y nos debilita a todas y a cada una y para colmo la empresa ni siquiera está pagando los servicios mínimos que han impuesto.
Llegó el día de la manifestación, cientos de limpiadoras, familiares, amigos solidarios empiezan a concentrarse antes de la hora fijada, llega “el de las banderas de UGT” para parecer que son lo que no son, reparten banderitas de plástico para la foto, buscan lo que no tienen, porque en los andenes y en los fregaos no les hemos visto, en fin, pero la gente le coge las banderas porque parece que así se protesta más. Desde aquí rendimos un homenaje a las “artistas” que se curraron su propia pancarta y que como palos para sostenerla usaron las fregonas y cepillos. Imaginación y autonomía llevadas a la práctica.
Muchos sentimientos encontrados en esta manifestación; euforia por la cantidad de gente que participó, complicidades intergeneracionales entre los mozos y las currelas, tramando y conspirando contra los esquiroles, soledad cuando gritábamos que todo el poder y la iniciativa debía estar en las asambleas, único órgano igualitario que manifiesta las decisiones de los trabajadores autónomamente, sin seguir las directrices de los dirigentes, líderes sindicales. Alegría en los eslóganes graciosos en los que nos burlábamos de los políticos, tristeza cuando sentíamos que la huelga se estaba alargando demasiado y perdía intensidad, rabia cuando los del mitin agradecen más los cuatro duros que aportó el Sindicato de Estudiantes, conocido por su mamoneo partidista y reconocido rompehuelgas, delator y traidor del movimiento estudiantil, en lugar de reconocer y agradecer la solidaridad de los cientos de trabajadoras que han apoyado la huelga en cien mil modos. Y es que las huelgas se ganan por la intensidad de ésta y no por la pasta, volcar papeleras, difundir información es más trabajoso que soltar unos euros de la subvención estatal. Nos quedamos también de una pieza cuando a una trabajadora que estaban entrevistando pedía comprensión y paciencia a las usuarias en lugar de reclamar solidaridad y complicidad entre trabajadoras, en definitiva, apoyo mutuo. O cuando otro de los del mitin pedía “aguantar un poquito más”, que justo tiene el sentido contrario, las huelgas no se aguantan porque no es algo negativo que se soportan, es un ejercicio de dignidad y una liberación a través de la lucha.


El sindicato de Solidaridad Obrera divulga un comunicado de apoyo el día 3 de enero, bonito gesto que le hace quedar bien delante de la galería y no le compromete a nada mientras que el resto de sindicatos siguen representando su papel en el teatro de las negociaciones con el enemigo, Comisiones Obreras a ver si el resto de sindicatos pierden el órdago y queda como el único sindicato sensato por negociar los convenios dónde y cómo es ordenado por el amo, UGT y CGT reuniéndose con la patronal a solas porque hay que garantizarse una buena relación cuando el conflicto se acabe y el mamoneo vuelva sin pudores y tapujos, USO que sigue comiéndose pocas roscas y CNT que participa en la estructura de poder vertical que supone el comité de huelga, que plantea los acuerdos a las asambleas, en lugar de que sean estas asambleas las que planteen, propongan y dispongan, que dice que el derecho de huelga queda cancelado por la cláusula de paz, cuando en realidad no es así pero es un discurso que le viene bien para ganar posiciones ante los otros sindicatos, porque sus intereses como organización particular de la clase obrera no coincide con los intereses generales de clase. En definitiva, la inexperiencia autoorganizativa de los trabajadores ha permitido a los sindicatos tener un papel primordial en esta huelga. Mientras tanto las asambleas de los trabajadores son consultadas sobre las iniciativas que ellos no producen, eligen pero no crean, ratifican pero no producen los ritmos de la huelga, la situación se les escapa en el momento que les ponen por delante una votación, sí o no, acuerdo o ruptura, izquierda o derecha, pepsi o cocacola.
Sin embargo el día 2 la huelga sigue teniendo fuerza. La payasada del concierto de “Los Lunnis” con la que los patronos pretenden ser los amiguitos de los niños y los salvadores y elegidos electorales de los papis y las mamis se suspende. Cuando el conflicto es descarado el espectáculo de la sociedad de consumo y ocio prefabricado se desmonta.
Mientras, la patronal continúa el día 3 apretando las tuercas, despide a 24 trabajadoras acusadas, aumenta los elementos de control, policía secreta y seguratas fascistas al servicio del orden injusto. Ese mismo día se rompen de nuevo las negociaciones y se continúa la huelga, la patronal que se desdice de puntos ya asumidos y los sindicatos que lanzan el farol de continuar la huelga, mientras tres días después firmarán un preacuerdo que deja insatisfecha la tabla reivindicativa y garantiza la “paz social”. Esto sucede el día 6, no se equiparan salarios inmediatamente, el plus de toxicidad no podrá sentar precedente, se estipulan unos parámetros de explotación y precariedad “razonables” ¡¡el 20%!!, se vulnera el derecho de huelga pues los sindicatos firmarán no hacer ninguna hasta el 2011, eso sí, se readmite a las trabajadoras despedidas. Sin embargo este preacuerdo se ratificó en la asamblea de trabajadoras, donde hubo poco debate y mucho mitin. La única participación fue la votación después de los discursos de los sindicalistas a favor de enterrar el hacha de guerra. Había miedo entre la mayoría de qué pasaría después de las navidades, cómo evolucionaría el conflicto y cansancio después de 21 días de huelga. La asamblea de trabajadores ratificó lo firmado por los sindicatos, excepto CNT y SUT, en un conflicto en el que tuvieron la fuerza pero no la iniciativa.


Nuestra intención al contar esta historia es aprender de nuestros errores y aciertos, las lecciones que sacamos de aquí son: que la unidad de las trabajadoras es una fuerza capaz de remover los cimientos de las más poderosas empresas, que la difusión y extensión da fuerza a las huelgas, que su duración sin crecimiento desgasta, que los políticos sindicalistas (liberados sindicales) defenderán su posición como sujetos diferenciados del resto de trabajadoras, que las asambleas de trabajadores deben tener la iniciativa y todo el poder, que el control por parte de estas sobre sus delegadas debe ser efectivo, que la patronal utilizará todo lo necesario para derrocarnos, que la conciencia, la eficacia, el conocimiento, la unión se forja en las luchas, que hay dos y solo dos lados en la barricada. Estas y otras lecciones y experiencias nos ayudarán en los próximos conflictos.

Organízate y pasa a la acción

Extraído del Dossier Historia de una huelga de limpiador@s del Metro editado por el Grupo Editorial Ensuciemos el Metro en Abril del 2008.

Bad Brains

Bad Brains "I against I", del disco con el mismo nombre. Año 1986.



lunes, 4 de agosto de 2008

Lords of the Underground

Lords of the Underground "Funky child", el single lo extrajeron del disco Here comes the Lords, año 1993.