jueves, 31 de enero de 2008

¿Y tú? ¿Cómo puedes vivir en esta mierda sin tratar de revertarla?


ve a la escuela para conseguir un título para encontrar un monótono trabajo para satisfacer tus necesidades que potenciarán la creación de nuevos trabajos para seguir produciendo montones de cosas inútiles que te permitirán entretenerte en tu aburrido tiempo de ocio que te demuestra lo excitante que es la alienación que nos separa de la gestión de lo que producimos y de nuestro entorno limitado asfaltado urbanizado hecho por mercancías para que mercancías circulen lleno de reclamos comerciales y de toneladas de basura vigilado por cámaras y pistoleros que nos ayudan a seguir el dictado de nuestro espíritu que es el dictado de coca cola de la mercancía de la maximación de beneficios de la creación de falsos deseos que producen consumidores que han de tomar todo tipo de drogas o ir a psicólogos para poder sentirse bien con ellos mismos y con los demás todo ello sin ser tonto y por el bien de la democracia

"NO ACEPTO!!! 1980-1990: Diez años de hardcore, punk, ira y caos"


“No acepto!!!” es un gran documento para enterarse de la efervescencia del punk en la península. Como dice el jefe Santi Ric en el prólogo, ningún tiempo pasado fue mejor y no se trata de imitar ni mitificar a los grupos de los ochenta, pero bueno es acercarse al árbol genealógico para saber que aconteció ayer y cómo se ha llegado a hoy. Luego lo que cada uno pueda aportar. Cuatro espacios geográficos: Euskadi, Barcelona, Zaragoza y Madrid. Y un montón de historias y de bandas. El antiguo gaztetxe de Andoain, la resistencia ante la autovía de Leizarán, los fanzines, el concierto de Oñati del 83, la Zeleste, el escándalo de las Vulpess en el Rockcola, conciertos Anti-OTAN, La Polla Records en un concierto de la LCR en Asturias, el macarrismo de las ratas de Bizkaia, los MDC y el hardcore de Barcelona, los IV Reich, Panadería Bollería Nuestra Señora del Carmen, la escuela de Buenavista, los cuatro grupos de la segunda ola punk de Madrid que tocaban en todos los sitios, Minuesa, los contactos en carta y los intercambios de k7, y muchas más historias que marcaron esa época. Se echan de menos gente como el Zabala de Hertzaianak o el Roberto Mosso de Zarama, si es que pintaban algo. El punk todavía es remanso de rabia y diversión, aunque es obvio que la coyuntura ha cambiado. Han pasado 25 años, pero la necesidad de renovarse de la economía todo lo transforma. Casi no hay fanzines, ya no se cambian k7, no se escriben cartas, preocupa mucho el sonido de los conciertos, la repetición acaba aburriendo, muchos espacios ocupados de aquel entonces fueron derribados, se ha perdido la espontaneidad y la novedad, grupos punks en el mainstream… Pero aquí estamos, en la época más excitante que podemos vivir. ¡¡Raudos y llenos de fuerza!!

martes, 29 de enero de 2008

“NUMAX PRESENTA” Joaquim Jorda 1979


Un documental pagado con las últimas 600.000 pesetas de la caja de resistencia de la asamblea de trabajadores de la fábrica de electrodomésticos Numax, en Barcelona. Tiempos de transición a la democracia burguesa, múltiples cacareos por la paz social y por el silencio de las fosas. Un montón de pijos daban rienda suelta a su deseo de bailar sobre un país lleno de cadáveres.
Por enero de 1977, los obreros de Numax elaboran una plataforma reivindicativa de cinco puntos: 24000 ptas de salario mínimo al peón, 40 horas semanales de lunes a viernes, IRPF a cargo de la empresa en un 50%, revisión de toda la cadena de montaje e igualdad de horario en los tres centros de trabajo que formaba la empresa. Los obreros por la consecución de la plataforma, organizan una huelga. La empresa responde con el despido de 13 personas (nueve representativos para la empresa y otras 4 de relleno por si magistratura obligaba a la empresa a readmitir a alguien) y tras tres meses de huelga los obreros vuelven al trabajo. Ahí comienza una segunda parte del plan de la dirección empresarial: expediente de crisis, suspensión de pagos, regulación de empleo. Los trabajadores ocupan la fábrica en respuesta al ataque patronal. A finales de junio, la ocupación de la fábrica acaba y se firma un pacto con la empresa. Empieza una fase de control obrero de la fábrica, que tras el devenir de los acontecimientos (el abandono de la patronal, la concesión de un crédito por parte creo que del Ministerio de Trabajo de 10.000.000 de ptas…) se transforma en autogestión, los trabajadores asumen todas las labores y organizan diversos comités para afrontarlas. El propósito de la autogestión es asegurar el puesto de trabajo (similitud con las más recientes ocupaciones de fábrica argentinas). Esta nueva situación provoca buena cantidad de problemas, tanto a nivel externo (imagen comercial, proveedores, clientes…) como a nivel interno (relaciones entre los propios trabajadores). Algunos problemas a nivel externo: la dificultad de venta de electrodomésticos debida a la falta de fondos para publicidad e investigación (es un sector en constante modernización de productos), la dificultad para recibir concesiones de créditos, los pedidos son insuficientes para permitir un salario digno, las deudas de la antigua dirección empresarial por la suspensión de pagos, desprestigio de Numax por el largo conflicto, abierto boicot por empresas de la competencia, etc. A nivel interno enfrentamientos entre los propios trabajadores. La división en el seno de la asamblea provenía de aquellos que querían cambiar las relaciones internas de la fábrica (igualdad de salarios, socialización del carnet de paro por la imposibilidad de suministrar trabajo continuo a todos y por los privilegios en dinero que obtenían quienes rotaban más tarde, horarios flexibles a necesidades, escuela dentro de la fábrica, fin de las jerarquías…) y quienes querían seguir con privilegios (obtenidos de la antigüedad, de su especialización…) y con medidas disciplinarias clásicas (sanciones por retraso). Este grupo mostraba su resistencia a la igualdad de salarios o la disminución de horarios.


Un debate que existía respecto a la imagen comercial de Numax giraba en torno a seguir con una línea comercial clásica o mostrar una idea revolucionaria, el conflicto al desnudo. Muchos trabajadores de Numax, en una asamblea del documental a modo de valoración, convienen en el aislamiento al que a sí misma se sometió la propia asamblea: se desvincularon con el movimiento obrero encerrándose en su cuestión y perdiendo de vista la solidaridad con otras empresas (aunque sí que hubo ciertas coordinadoras en las que Numax estuvo implicada como la Coordinadora de Empresas en Lucha y la Coordinadora de Empresas en Crisis). Asumían estos trabajadores un problema que correspondía al capital y al estado, se convertían en cooperativistas, aunque de un modo diferente y contra el devenir del capitalismo. En el marco en que se desenvolvió la autogestión de Numax, era necesaria una autoexplotación para continuar el proyecto. En la fiesta de final de experiencia autogestionaria, la gran mayoría conviene en su negativa a ponerse a las órdenes de otro patrón si les es posible. El conseguir apañarse durante dos años sin patronal modificó la conciencia de esta gente, demostraron que no son necesarias jerarquías, ni medidas disciplinarias. La chica que menciona el concepto autoexplotación dio en el centro de la diana, sociedad de control.

El Movimiento Ibérico de Liberación

El espectáculo para siervos voluntarios "Salvador", largometraje de Manuel Huerga estrenado en los cines del estado en el otoño del 2006, acerca una versión falsificada y edulcorada del MIL. Esconde la historia de la subversión revolucionaria, convierte a Puig Antich en un mártir de la lucha por las libertades democráticas, es un producto de ficción para el consumo. Más allá de los elementos mediáticos o morbosos del grupo como las acciones armadas, el asesinato legal mediante garrote vil de Puig Antich o el asesinato de Oriol Solé en los bosques navarros por los disparos de la Guardia Civil tras participar en la fuga del penal de Segovia en 1976, el MIL fue una propuesta revolucionaria y original del panorama español del principio de la década de los setenta, nítidamente diferenciada de la oposición antifranquista.


El MIL formalmente se creó en Tolouse de Llenguadoc, compuesto por tolosanos y barceloneses. Su geografía de actuación fue primordialmente Barcelona y su cinturón. Se inscribe en el proceso de gestación de una conciencia autónoma dentro del movimiento obrero barcelonés, organizado en torno a unas Comisiones Obreras instrumentalizadas por partidos políticos como el PSUC, en menor medida el FOC, y otros grupos políticos. Un sector denominado Plataformas de Comisiones Obreras representó esta evolución hacia posiciones autónomas en el entorno obrero, principalmente en el sector del metal barcelonés, un proceso no exento de complejidades. Las raíces teóricas que nutren el MIL provienen del marxismo antileninista. No pretendían formar un grupo permanente y liderar la revolución sino constituirse en grupo de apoyo al movimiento obrero, un grupo de afinidad que ofreciera materiales a los trabajadores para que ellos mismos se emanciparan del trabajo asalariado. Afirmaban que “no puede combatirse la alienación bajo formas alienadas”, por ello animaban a la auto-organización de la clase a través de consejos obreros que debían profundizar en su sentido comunista. Una Organización de Clase sustentada en las asambleas de las fábricas y los barrios, no controlada por los designios de dirigentes y que fuera la garantía de la consecución de la revolución socialista como producto de la actividad autónoma de los trabajadores. El ejemplo se toma de los primeros soviets de Rusia (1905-1917) o de los consejos obreros alemanes (1918-1920). Esta pretensión de una organización de la clase debía superar la dicotomía partido (para cuestiones políticas) – sindicato (para cuestiones económicas) y reacciona contra el fenómeno grupuscular (en esos tiempos la izquierda barcelonesa, considerada por el MIL como la izquierda del capital, se descompuso en multitud de facciones que derivaban entre el reformismo, el verbalismo o el sectarismo) y contra el vanguardismo (las ideas revolucionarias no se aportan desde fuera de la lucha obrera, sino que son producto de los conflictos emprendidos por ella, lo que podría denominarse vanguardia teórica precisa, hace reflexionar, aporta guías, pero no es génesis de la lucha ni puede ser su rectora).


Los integrantes del MIL se desvinculaban de la concepción tradicional de militante, disciplinado, obediente, sin responsabilidad política, patriota de partido y pasivo. El MIL promueve un militante con autonomía, imaginación creadora, preocupado por desarrollar sus energías y posibilidades y con un nivel de conciencia que le permita un proceso de concienciación en el entorno en el que se mueve, poseedor de la última palabra sobre la práctica a utilizar en una lucha concreta. Un “francotirador de la revolución” y no un mero portavoz de consignas.Dos proyectos paralelos articularon la actividad del grupo: la biblioteca socialista y la agitación armada. Las Ediciones Mayo 37 es el exponente de la biblioteca socialista, el nombre editorial está inspirado en la fecha del último arranque revolucionario en la España de la guerra civil y su evocación arremete a la contrarrevolución estalinista y al colaboracionismo interclasista de los dirigentes de CNT-FAI. Entre los objetivos de la biblioteca se postulaba reforzar y acelerar la radicalización del movimiento obrero en Barcelona, neutralizar la ingerencia de toda clase de sectarismos y dirigismos en el seno de la lucha de clases, fomentar el reagrupamiento de los revolucionarios, agrupar concretamente entre la biblioteca a algunos de ellos, ofrecer materiales para elaborar plataformas teóricas sólidas, contribuir al avance de la lucha revolucionaria internacional mediante una experiencia de nuevo tipo, etc. Las ediciones a realizar tenían que girar en torno a clásicos conocidos del marxismo (Lafargue, Trotsky o el propio Marx), clásicos desconocidos (bordiguistas –izquierda italiana-, consejistas –ICO, Pannekoek, Rühle-, ex trosquistas de diversas corrientes – Munis-, ultraizquierda –Barrot-), textos de la guerra de España (Berneri, Nin, Munis…) y textos sobre informaciones del momento (huelgas en Polonia 1970-1971, insurrecciones antiestalinistas en Berlín, Hungría y Polonia...). Los folletos editados se repartían gratuitamente a través de diversos contactos, no necesitaban de las ventas para la financiación. El concepto de agitación armada pretendía diferenciar la práctica violenta del grupo de la lucha armada. Las razones que arguyen para tomar las armas son el apoyo a la lucha proletaria y la respuesta a la represión. El apoyo a la lucha proletaria debía concretarse en la consecución de dinero para las cajas de resistencia, con esto se podría aumentar la duración y la extensión de las huelgas, y la donación de material de imprenta. La lucha contra la represión tenía que ser la respuesta a su endurecimiento en esos años: el estado de excepción declarado en España en enero de 1969, una persona muerta en una manifestación contra los humos tóxicos en Erandio en 1969, estado de excepción en Guipúzcoa de diciembre de 1970 a febrero de 1971, tres muertos en Granada en 1971 durante una huelga de la construcción, otro muerto en Madrid en septiembre de 1971 durante una huelga de construcción, otro al mes siguiente en la huelga de SEAT de Barcelona, dos muertos más y dieciséis heridos de bala en la huelga de Bazán en El Ferrol en 1972, etc. El estado posee dos herramientas para reducir al movimiento revolucionario: la integración y la represión. A esta última se le tenía que oponer la violencia revolucionaria. La actividad armada del MIL se centró en expropiaciones de material (imprenta, libros...) y de dinero (asaltos a bancos), limitada por el tamaño del grupo y las necesidades de la biblioteca socialista, aunque los objetivos del MIL como grupo de agitación armada apuntaban a profundizar la lucha revolucionaria mediante sabotajes y atentados, y a colaborar en la multiplicación de grupos de combate.


El MIL se autodisolvió en 1973 ante la imposibilidad de coordinar los proyectos de agitación armada y la biblioteca. Ambos continuaron sin relación. La disparidad en la concepción organizativa entre el sector de la biblioteca ("la tarea de la organización es la organización de tareas) y el sector armado (más cercanos a la concepción de grupo de afinidad), el alejamiento de la práctica armada de lo que denominaban el movimiento real, la contradicción entre la antigrupusculización preconizada y su constitución como grupo de combate con siglas definitorias, la necesidad que veía parte del grupo en profundizar el combate armado, la evidencia de haberse convertido en un grupo de revolucionarios profesionales y especializados... Estas son algunas razones que provocaron la autodisolución. Al poco de esta, la mayoría de los miembros fueron detenidos, Puig Antich en el transcurso de la detención disparó a un policía matándole.

Resumen del libro "El MIL, una historia política" de Sergi Rosés Cordovilla