viernes, 30 de mayo de 2008

GBH

GBH "Give me fire", brutal.



jueves, 29 de mayo de 2008

Sepultura

Sepultura "Refuse/Resist", del disco Chaos AD, año 1993



martes, 27 de mayo de 2008

Os Lambas

Otro vídeo del kuduro angoleño, Os Lambas "Comboio II".



viernes, 23 de mayo de 2008

Entrevista con Miguel Amoros sobre el Tren de Alta Velocidad. Abril 2008.

- ¿Qué es el TAV?
Antes que nada conviene aclarar que en una sociedad como la nuestra, donde tecnócratas expertos dirigen todos los aspectos de la vida y donde la libertad no es sino otro nombre del despotismo, el lenguaje no es un medio de comunicación entre personas libres, sino la herramienta por la cual los dirigentes transmiten sus ideas y sus órdenes a las masas dominadas. Cada palabra, especialmente si es un neologismo, sostiene una realidad opresiva disimulada tras una apariencia técnica. Sabemos que la técnica no es neutral ni el neologismo tampoco. Así pues por TAV no podemos entender simplemente un artilugio que marcha a 300 km/h. El TAV es el emblema tecnopolítico de la mundialización. En tanto que trasporte preferido de los dirigentes en la media distancia, es una condición necesaria de la economía globalizada; en tanto que figura política del marketing internacional ciudadano, es la pura Razón de Estado.


- ¿Por qué ahora hay tanta prisa con el TAV?
El TAV ha de construirse cuanto antes porque los intereses del poder así lo requieren. No se trata tanto de ganancias inmediatas, como por ejemplo las de las constructoras de obra pública, los fabricantes de trenes o las empresas de seguridad; tampoco de intereses privados ligados a oligarquías locales; mejor es cuestión de intereses generales relativos a la clase que domina el mundo, y del mundo tal como resulta del dominio de esos intereses. Cuando la población se concentra en unas pocas regiones metropolitanas, la acumulación ampliada de capital depende mucho más de la circulación, incluida la circulación de ejecutivos financieros, empresariales y políticos. Éstos necesitan un medio de locomoción más eficaz que el avión entre dos sistemas suburbiales, es decir, entre dos megaciudades: ese es el TAV.

- ¿Qué beneficios aporta?
La respuesta depende de si la pregunta se hace a los dirigentes o a los dirigidos. Para los primeros el beneficio es incuestionable, puesto que todo lo que contribuya a la movilidad colabora en la transformación del mundo conforme a su interés. La “intermodalidad”, es decir, la coordinación de las distintas formas de transporte, sería un buen ejemplo del mundo de los ejecutivos, donde “los rápidos se comen a los lentos”. Sin embargo, todo lo que resulta ventajoso para aquellos, forzosamente ha de resultar perjudicial para los demás, pues refuerza su sometimiento y su alienación.

- Pero ¿y la rapidez?
Si el criterio racional contara, la fórmula perfecta sería un tren de bajo impacto que combinara celeridad y precio. Tales trenes existen y además competirían con las autopistas. Sin embargo para la clase cuyo tiempo es oro, una ganancia de segundos significa un lucro importante, por lo que la velocidad goza de prioridad absoluta. La alta velocidad de los trenes es la alta velocidad de los negocios.

- Sin embargo, lo que es bueno para la economía ¿no es de alguna forma bueno para todos?
Más bien lo contrario. Si la riqueza se concentra, la pobreza se difunde. Indudablemente los bancos, los especuladores inmobiliarios, las refinerías, la industria turística, el comercio de coches y el sector logístico, van a amasar mucho dinero. Habrá migajas para unos cuantos. Pero en la medida en que se terciariza la economía con la inestimable ayuda de ese caballo de Troya en forma de tren, se imponen para la mayoría las condiciones de trabajo y de vida que le son propias: precariedad, salarios ínfimos, horas extras, hipotecas, vivienda indigna, transporte público infame... Eso es todo lo que saldrá ganando la mayoría.

- ¿Qué consecuencias tiene el TAV para las ciudades?
Las ciudades “situadas en el mapa” por el TAV acumulan población y, por lo tanto, van extendiéndose como mancha de aceite hasta penetrar en las provincias adyacentes. Mientras el centro de la ciudad original se museifica y peatonaliza para devenir mitad parque temático, mitad centro comercial, la periferia pierde sus límites y se transforma en un entorno artificial, caro, invadido por vehículos, ruidoso, contaminado e insalubre tanto física como síquicamente.


- ¿Qué papel juegan las estaciones?
Son los edificios por donde llegan las elites de la globalización; arquitectónicamente representan sus valores, sus delirios, su falta absoluta de sensibilidad y su mal gusto. Evolucionan hacia un híbrido entre el centro comercial y el complejo hotelero, pues la intención es que el transporte acabe siendo una actividad económica entre tantas, exactamente igual que sucede con los aeropuertos. La estación del TAV determina un reordenamiento total de la barriada donde se ubica que se convierte en un auxiliar monitorizado de la estación, a través de cuyas pautas toda la ciudad va a remodelarse. La estación en realidad es la ciudad futura en pequeño. Contiene una promesa de ciudad radicalmente distinta, carcelaria y consumista a partes iguales, que sólo espera inversiones para desplegarse.

- ¿Qué significa el TAV para el conjunto del país?
El TAV contrae el espacio a la vez que la economía lo coloniza. Tiene pues un efecto centralizador. Las conurbaciones quedan conectadas entre sí como densos nódulos de una red gobernada por un enjambre electrodirigente. El territorio resulta agredido de mil maneras, quedando fragmentado, desequilibrado y reducido a decorado paisajístico.

- Entonces ¿hay que ir contra el progreso?
Solo si el progreso significa despilfarro energético y dilapidación de recursos, desequilibrio territorial, cultivos transgénicos, líneas de muy alta tensión, motorización, centrales nucleares, neurosis y exclusión social. El TAV es esa clase de progreso.

- ¿Cómo funciona la lucha anti TAV en Cataluña?
Desgraciadamente en Cataluña una lucha de esas características no existe. Lo que hay es una oposición farisea, mediatizada por partidos y alcaldes, que se oponen a determinados trazados o que exige soterramientos, pero que no cuestiona la necesidad del TAV, ni mucho menos se interroga sobre la sociedad que lo reivindica. Las plataformas cívicas anti TAV hablan el mismo lenguaje que el poder que lo construye y concuerdan con sus fines. En sus métodos no buscan provocarlo, sino abrir vías de diálogo y colaboración institucional. Pero sucede que por propia naturaleza el TAV no puede permitirse demasiada flexibilidad y tiene poco que ofrecer aparte de dinero. Normalmente las inversiones culturales o deportivas suelen bastar para que los representantes de los intereses locales lesionados miren para otro lado. En último extremo las plataformas tratarán de consolarse con inútiles caceroladas, recogidas de firmas y pleitos administrativos.

- ¿Cuál es la alternativa?
La lucha contra el TAV no tiene sentido sino dentro de la lucha contra el modelo político y económico de sociedad a la que va asociado. No ha de reivindicar sólo otro transporte, sino otra sociedad. Es una lucha contra todas las infraestructuras típicas de una economía desbocada, autopistas, superpuertos, túneles, macroaeropuertos, etc., y también una lucha contra el automóvil, la suburbialización, la alimentación industrial, la artificialización de la vida, la destrucción del territorio, la explotación del trabajo, etc. Es una lucha antidesarrollista y anticonsumista. La lucha de los afectados por el TAV es una lucha contra la clase dirigente, por lo que ha de saber reconocerse como lucha de clases. Ha de poner en marcha mecanismos organizativos autónomos capaces de elaborar puntos de vista críticos de manera colectiva, así como formas de lucha directa alejadas de la política y el sindicalismo. De ellas ha de nacer un sujeto histórico, una comunidad de oprimidos capaz de enfrentarse como clase a las fuerzas de la dominación y cambiar el mundo según sus deseos.


- Vale, pero ¿no es eso abarcar mucho y apretar poco?
Evidentemente una lucha de tal envergadura no es cosa de meses ni de guerras civiles para mañana. Es cuestión de saber fijarse objetivos a medio y corto plazo, por ejemplo, la detención de las obras. Su simple parálisis daría un respiro al territorio y sus pobladores, ralentizando la degradación. Sabotear la política de tierra quemada que emplean los dirigentes, obligándoles a retroceder mediante movilizaciones lo más numerosas posible, como en Valsusa. Cuando es la causa de la libertad la que está en juego, primero hay que ir poco a poco; después, cuando pinten la ocasión, ya se procederá de golpe.

- Para acabar y a nivel más personal, ¿qué es para ti el TAV?
Es la prueba de la insolente rapidez con que unos pocos cuya autoridad cuestiono deciden cómo va a ser la vida de todos.

Miguel Amorós Entrevista para AHT Gelditu!, 23 de abril de 2008

jueves, 22 de mayo de 2008

The Undertones

The Undertones "Teenage Kicks", fue el primer single de estos norirlandeses, del año 1977.



martes, 20 de mayo de 2008

Ice Cube

Ice cube "Gangsta rap made me do it", su último single, de este 2008.



domingo, 18 de mayo de 2008

The Saints

The Saints "(I'm) Stranded" del disco con el mismo nombre, año 1977.



sábado, 17 de mayo de 2008

Sick Of It All

Sick Of It All "Distric" de su disco Yours Truly, año 2000



jueves, 15 de mayo de 2008

EL MOVIMIENTO BAGAUDA (Siglos III y V)

En el 245 a.C. comienza un largo periodo de anarquía militar. Las luchas entre los caudillos acaban por romper la pax romana de Augusto y sus sucesores. El Bajo Imperio entra en crisis, apareciendo nuevas relaciones sociales que avanzan hacia una ruralización de la sociedad y a la polarización social: los honestiores (clase alta terrateniente) tienden a una progresiva concentración de la tierra, el trabajo esclavo va siendo sustituido por el trabajo de pequeños propietarios arruinados, de colonos y de siervos, bajo la forma del patrocinio y del encomendamiento, estos grupos sociales ejecutores del trabajo van conformando la clase de los humiliores. Las tensiones sociales se agudizan en este contexto, aunque bajo el aparente equilibrio de la pax romana encontramos precedentes del movimiento Bagauda: la revuelta de los esclavos de Espartaco, la revolución de los desertores de Materno y la de Bulla, primeros practicantes del bandolerismo social, cercano al fenómeno bagáudico.
Las primeras noticias que tenemos de los bagaudas datan del año 284, y su zona de acción se centra en las Galias. Aprovechando la inestabilidad política, un ejército de campesinos al mando de los cabecillas Aeliano y Amando se levantó contra el poder de Roma. Fue aplastado y se impuso el orden. El llamado segundo movimiento bagáudico data del siglo V y su radio de acción se sitúa en Armórica, precedido de incidentes de rebelión social en los Alpes, y en Hispania, entre los pirineos y el valle del Ebro. En la zona gala salen a relucir nombres de líderes como Tibatón o Eudoxio, en Hispania el nombre de Basilio.

CARACTERIZACIÓN SOCIAL
A pesar de la dificultosa determinación de aspectos del movimiento bagauda, tales como el número de insurrectos, las formas de reclutamiento, la organización interna, los objetivos concretos u otros tipos de lucha usados por estos rebeldes, se puede establecer un esbozo de caracterización de los bagaudas. Los humildes raramente entraron en el registro histórico de los autores antiguos, ahí radica parte de su atractivo.
El término Bagauda fue usado en múltiples fuentes para designar un mismo fenómeno social que podría ser considerado como una forma de bandolerismo complejo: en su etimología céltica significaría el guerrero; posteriormente, los autores romanos utilizarían el término peyorativamente para darle la significación de bandolero, o para nombrar la revuelta misma.
La situación de polarización social, la excesiva fiscalidad romana unida a la corrupción de los representantes imperiales, la reducción de superficies de tierra cultivable y la indigencia de las cosechas que provocaban hambre y enfermedad, la desintegración de los sistemas de orden local que obligaba a los campesinos a buscar otros líderes que les ofrecieran seguridad, y el debilitamiento del poder político y militar romano en Galia e Hispania a causa de la amenaza germánica, de la ausencia de guarniciones militares y de las usurpaciones y luchas dinásticas, se citan como causas del movimiento bagauda. Aquí reproduzco un extracto traducido del texto De gubernatione dei de Salviano de Marsella, escrito entre los años 440 y 450, que acerca la descomposición del imperio y la injusticia social en tiempos tardorromanos:

"En estos tiempos los pobres son arruinados, las viudas gimen, los huérfanos son pisoteados; tanto que la mayoría de ellos, nacidos en familias conocidas, y educados como personas libres, huyen a refugiarse entre los enemigos [los bárbaros] para no morir bajo los golpes de la persecución pública. Sin duda buscan entre los bárbaros la humanidad de los romanos, puesto que no pueden soportar más entre los romanos una inhumanidad propia de bárbaros. Y aunque sean grandes las diferencias respecto a aquellos entre los cuales se refugian, sea por la religión, como por la lengua e incluso, si se me permite decirlo, por el olor fétido que exhalan los cuerpos y los vestidos de los bárbaros, ellos prefieren no obstante sufrir entre aquellos pueblos tales diferencias de costumbres, que padecer la injusticia desencadenada entre los romanos. Ellos emigran, pues, de todas partes y se dirigen hacia los godos, hacia los bagaudas o hacia los otros bárbaros que dominan por doquier, y no se arrepienten en absoluto de haber emigrado. En efecto, prefieren vivir libres bajo una apariencia de esclavitud que ser esclavos bajo una apariencia de libertad.
De este modo al título de ciudadano romano, otrora tan estimado y adquirido a tan alto precio, hoy se lo repudia y se huye de él; hoy es mirado no solamente como vil, sino incluso como abominable.
¿Y qué testimonio puede manifestar más claramente la iniquidad romana, que el ver a muchísimos ciudadanos honestos y nobles, que habrían debido encontrar en el derecho de ciudadanía romano el esplendor y la gloria más altas, reducidos ahora por la crueldad y la injusticia romanas a no querer ser más romanos? De esto se deriva el hecho de que aún aquellos que no se refugian entre los bárbaros son obligados a vivir como tales; tal es el caso de gran parte de los españoles y de una parte no despreciable de los galos, y en fin, de todos aquellos a quienes en todo el mundo romano, la injusticia romana los ha llevado a dejar de ser romanos...
Lo que hay de más vergonzoso y penoso es que las cargas generales no son soportadas por todos; antes bien, las tasas impuestas por los ricos pesan sobre los pobres diablos: los más débiles llevan las cargas de los más fuertes. La única razón que impide a los miserables el pagar los impuestos es que la carga es más pesada que sus fuerzas. Ellos sufren dos cosas diferentes y opuestas: se les tiene envidia y viven en la indigencia; se les tiene envidia, habida cuenta de las tasas que se les imponen; viven en la indigencia, habida cuenta de lo que deben pagar. Considerando lo que pagan creeríamos que se encuentran en la abundancia; considerando lo que poseen, encontraremos que viven en la indigencia. ¿Quién podría evaluar semejante injusticia? Ellos pagan como ricos y experimentan una indigencia propia de mendigos; más aún, a veces, los ricos inventan impuestos que son pagados por los pobres."
(De Gubernatione Dei, Salviano de Marsella)

¿Qué sectores sociales engrosaban este tipo social bagauda? Pequeños propietarios y obreros agrícolas arruinados de origen celta o vascón, desertores, bandoleros, elementos ciudadanos descontentos de diferente condición social, colonos y esclavos fugitivos. El elemento indígena resulta de gran importancia, las regiones donde se manifestó el bagaudismo eran de escasa romanización. En los sediciosos hay un componente económico (campesinos bajo diferente regulación jurídica y económica) y un componente cultural (regiones periféricas, Vasconia y Armórica, poco romanizadas), por esta miscelánea de procedencias, más que de una clase social hemos de hablar de tipo social.
La organización y táctica de los rebeldes pueden ser calificadas como bandolerismo complejo, estructurado en una rudimentaria organización militar en la que los labradores eran la infantería y los pastores la caballería. Esta organización, emplearía la guerra de guerrillas como forma de acción, actuando en pequeñas unidades dirigidas por líderes carismáticos probablemente reclutados de elementos más romanizados y de alta extracción social (así lo atestiguan ciertos nombres de dirigentes bagaudas). Las acciones antirromanas de los bagaudas fueron el saqueo de campos, tentativas y tomas de ciudades (el saqueo de Lérida con apoyo de los suevos), y la toma de botín. Fueron fácilmente reprimidos por las tropas romanas o aliadas (en la Hispania del 454 sufren una definitiva derrota ante Federico, hermano del rey visigodo Teodorico II, aunque el fenómeno continuará hasta el siglo VIII). Los bagaudas promovían la rebelión armada contra el poder romano, su objetivo fundamental fue el separatismo social del orden imperial, llegando a dominar territorios autónomamente. Sus principales zonas de influencia eran las zonas boscosas, montañosas y aisladas de Vasconia y Armórica. En sus territorios regentarían hábitos tradicionales de justicia, formas religiosas prerromanas y tendencias igualitarias. Otros objetivos sociales de los rebeldes constituían las actuaciones contra la clase dirigente armoricana y tarraconense: la probable esclavización y muerte de propietarios (Rutilio Namaciano celebraba así la derrota bagauda ante Exuperancio en el 417: "restituyó las leyes, restauró la libertad y no permitió que los propietarios fueran esclavos de sus propios esclavos") y la eliminación de algún obispo (como el obispo de Tarazona). Estos objetivos debieron de ser secundarios. Aquí hay un texto, que algunos historiadores estudiosos del bagaudismo, han llegado a considerar el único texto que trata de forma extensa la forma de vida de los bagaudas:

"LAR: Ya lo tengo: tan bueno como que estás pidiendo. Vete y vive en los márgenes del Loira.
QUEROLUS: ¿Qué pasa allí?
LAR: Los hombres viven allí bajo la ley natural. Allí no hay dolor. Las sentencias capitales se pronuncian allí bajo los robles y están grabadas en huesos. Allí incluso los rústicos hablan y los particulares emiten juicios. Puedes hacer lo que te plazca. Si fueses rico serías llamado “patus” (que es como nuestra Grecia habla, Oh, bosques, oh soledades ¿quién dijo que erais libres?). Hay cosas mucho más importantes de las que no digo nada, pero esto será suficiente para continuar.
QUEROLUS: Yo no soy rico y no me sirve para nada un roble. No quiero esas leyes del bosque.
LAR: Entonces bien, busca algo más cómodo y honorable si no sabes pelear."
(Querolus, Siglo V d.C.)

En la mayoría de Las Galias y de Hispania, los campesinos propietarios, para escapar de su situación de penuria y opresión, se ponían bajo la protección de un poderoso, a cambio de su libertad y de su propiedad. Este movimiento de cooperación entre propietarios y campesinos desembocó en la sociedad protofeudal del patrocinio y del encomendamiento, reforzando los lazos de dependencia de los humiliores respecto a los honestiores. Otros campesinos desamparados huían a las filas de los enemigos de Roma, los bárbaros. Los bagaudas suponen una tercera respuesta ante la descomposición social de la época, una respuesta surgida de la opresión del individuo, que contesta al sistema de violencia legalizada del estado romano. Esta alternativa, puede entenderse por la pervivencia de lazos de sociabilidad prerromanos, de otra manera la repercusión social del bagaudismo hubiera sido mayor, ya que la situación social era semejante en toda la región gala e hispana. La estructura social de las regiones de teatro bagáudico se caracterizaría por la existencia de grandes propietarios de villaes, trabajadas por colonos y en las zonas más romanizadas por esclavos, y por la existencia de una potente capa de campesinos libres de origen indígena integrados económicamente en un sistema de intercambios locales.
Las revueltas bagaudas pueden considerarse a la vez como síntoma del declive del poder romano en Occidente, y jugaron un papel en su disolución.

PERCEPCIÓN SOCIAL
La práctica totalidad de las fuentes antiguas y medievales, tanto paganas como cristianas, muestran una actitud negativa hacia los campesinos bagaudas y una valoración positiva en la represión del príncipe romano. Los sediciosos aparecen como bandoleros devastadores que provocan el caos social al rebelarse ante el poder constituido u como bárbaros salvajes que viven al margen de la civilización, en una sociedad donde todo está permitido. A los bagaudas se les valoraba de la misma manera que a los bárbaros, otorgándoles las mismas cualidades fundamentales:
1. feritas y ferocia, salvajismo humano, anarquía destructora, violencia bruta, comportamiento brutal e instintivo.
2. belli furor, ineptitud radical para la paz, tácticas de guerra caracterizadas por la movilidad en combate, la rapidez y las emboscadas.
3. discordia, traición, inestabilidad en el comportamiento, imposibilidad de cualquier paz
4. uanitas, reino de la apariencia, de la impostura y de la falsedad. Imprudencia, mentira, deslealtad para la guerra indigna en los verdaderos soldados.

Un ejemplo de la percepción que las elites paganas del Bajo Imperio tenían de los bagaudas nos la ofrece Mamertito en sus Panegíricos en honor de Maximiano, (emperador de la parte occidental del 1 de abril de 286 hasta el 305) tras la represión del primer movimiento bagauda:

“…tú [Maximiano] has apuntalado, al lado del príncipe [Diocleciano], el poder romano que se derrumbaba, con la misma oportunidad que tu ancestro Hércules antaño prestó ayuda a vuestro soberano Júpiter en medio de las dificultades de la guerra de los Gigantes, tuvo gran parte en la victoria y demostró así que había devuelto el cielo a los dioses más que lo había recibido de éstos. ¿No era parecido a los monstruos de doble forma este azote que se abatió sobre nuestro país, y del que no sabría decir, César, si fue dominado por tu valor o apaciguado por tu clemencia, cuando campesinos que ignoraban por completo el arte militar tomaron afición por éste; cuando el labrador se hizo soldado de infantería y el pastor, caballero; cuando el hombre de los campos, llevando la devastación a sus propios cultivos, siguió el ejemplo del enemigo bárbaro?...”
(Mamertito, Panegyricus Maximiano Augusto dictus, 289-291)

A finales del S. XI, en la obra de Sigeberto, monje de Gembloux, se encuentra un eco de la demonización clásica y pagana hecha por Mamertito de los rebeldes del S. III, desde la óptica cristiana de un intelectual de la Plena Edad Media:

“Y ahora, oh Galia desdichada, madre y nodriza de sediciosos, fomentadora de vicios, exaltando otros nuevos, armando a los esclavos en tiempos de paz, cuando das fuerzas a Amandus, coraje a Helianus para que destruyan la paz del Imperio rompiendo su tranquilidad, tú pareces haber engendrado o criado un monstruo de cuerpo deforme y con dos cabezas, concebido de una simiente viperina en el vientre de una bestia feroz, para que desgarre las entrañas maternales con su furor viperino. Su delirio le produce temblor, el temblor hace que esté en delirio. Ora sus fauces se estremecen, ora sus dientes se aprietan cuando arrebata su presa con afán, cuando la retiene con avidez; él exhalaba de su garganta pus, fuego, humo, sangre, y mataba de mil formas cuando el Imperio sucumbía por malos consejos, las llamas, los vicios, la masacre y los pillajes, aplastado por más de un azote. Así era Cacus, acostumbrado a exhalar la llama, el cual se precipita destrozado por la maza de Hércules: también tú, Roma, sabes rechazar a los monstruos con tu maza.”
(Sigeberto de Gembloux)

Otra corriente de percepción de los bagaudas en la Antigüedad y en la Edad Media, está relacionada con la heroización, y aparece en la Vida de San Martín. En esta obra se hace una alusión a una leyenda popular que comenzó a expandirse entre los campesinos del Loira Medio poco después de la revuelta del año 285. La leyenda, que presentaba a los rebeldes como héroes justicieros, se manifiesta en el culto a un bandido pseudomártir que simboliza a un rebelde bagauda. Así se desprende de este texto, cuyo objetivo final es desmentir el culto al mártir bandolero. San Martín hace aparecer, por mediación de la divinidad, un fantasma sobre el sepulcro que declina mencionar su nombre pero que confiesa su crimen:

“Luego, de pie sobre la tumba misma, rogó al Señor que le indicara quien estaba enterrado en este lugar y cuáles era sus méritos. Entonces, volviéndose hacia el lado izquierdo, ve aparecer cerca de él un fantasma repugnante y amenazador; le ordena decir su nombre y méritos. El fantasma declina decir su nombre, pero confiesa su crimen: había sido un bandolero, ejecutado por sus fechorías y venerado erróneamente por el pueblo; no tenía nada en común con los mártires, pues ellos están en la gloria y él sufre el castigo. Cosa extraordinaria es que los asistentes oían su voz pero no lo veían. Entonces, Martín contó públicamente lo que había visto, hizo retirar del lugar el altar que allí se encontraba y libró así al pueblo del error de esta superstición”.
(Vida de San Martín)

Otra leyenda entre ambientes cultos cristianos debió circular sobre los bagaudas, pues el nombre propio Bacauda aparece repetidamente en diferentes archivos y se relaciona con dignatarios eclesiásticos.


La mayoría de la información está sacada del libro Los Bagaudas: rebeldes, demonios, mártires. Revueltas campesinas en Galia e Hispania durante el Bajo Imperio de Juan Carlos Sánchez León

viernes, 9 de mayo de 2008

Envy

Envy "A cage it falls into" de su disco All the footprints you've ever left and the fear expecting ahead año 2001


miércoles, 7 de mayo de 2008

Tandem

Tandem "93 hardcore" del disco C'est Toujours Pour Ceux Qui Savent año 2005



martes, 6 de mayo de 2008

Programa/Manifiesto del Ejército Insurgente Makhnovista. Abril 1920.

1) ¿Quiénes son los makhnovistas y por qué combaten?
Los makhnovistas son obreros y campesinos que se alzaron ya en 1918 contra la opresión del poder burgués en Ucrania de los ocupantes austro-húngaros, alemanes y del hetmán [autoridad ucraniana máxima]. Los makhnovistas son trabajadores que levantaron el estandarte de la revuelta contra Denikin, contra cualquier yugo, toda violencia y mentira, de donde venga. Los makhnovistas son aquellos trabajadores cuya labor enriquece, engorda y propicia el reino de la burguesía en general y por ahora a la burguesía bolchevique en particular.


2) ¿Por qué nos llamamos makhnovistas?
Porque vimos, entre nosotros, durante los días más penosos de la reacción en Ucrania, a nuestro amigo a toda prueba y guía Makhno, cuya voz protestó en contra de toda opresión de los trabajadores, en toda Ucrania, llamando a la lucha contra todos los opresores, todos los merodeadores y charlatanes políticos que nos embaucaban. Ahora este amigo a toda prueba camina siempre en nuestras filas hacia la meta final: la emancipación de los trabajadores de cualquier yugo.

3) ¿Cómo se manifiesta para nosotros el sentido de toda emancipación?
Por el derrocamiento de todo gobierno: monárquico, de coalición, republicano, socialdemócrata, bolchevique comunista que debe ser sustituido por un régimen soviético independiente de todos [los autoritarios], sin autoridad ni leyes decididas arbitrariamente. En efecto, el orden soviético no es el poder de los socialdemócratas bolcheviques comunistas, que actualmente se autodefinen poder soviético, sino al contrario la forma superior del socialismo antiautoritario y antigubernamental. Éste se expresa por la edificación de una comunidad libre, armónica e independiente de todo poder, asicomo por la vida social de los trabajadores, en que cada trabajador en particular y la comunidad en general podrá construir de modo autónomo una vida feliz y próspera de acuerdo a los principios de solidaridad, amistad e igualdad entre todos.


4) ¿Qué es el concepto del régimen soviético de los makhnovistas?
Los mismos trabajadores tienen que elegir libremente sus soviets; soviets que cumplirán la voluntad y las decisiones de estos trabajadores, o sea soviets ejecutivos y no autoritarios.

5) ¿Qué son los medios empleados por los makhnovistas para alcanzar estos fines?
La lucha revolucionaria, intransigente y consecuente contra toda mentira, toda arbitrariedad y toda opresión, de donde viniere; es una lucha a muerte, por la libre palabra, la obra real, llevada con las armas en las manos, mediante la supresión de todos los gobernantes, la destrucción de todos los fundamentos de sus mentiras, que esté en el plano político, estatal o económico. Y únicamente con la destrucción del Estado y con la revolución social será posible llevar a cabo un verdadero régimen socialista soviético de obreros y campesinos.


La sección de instrucción cultural del ejército insurgente (makhnovista), el 27 de abril de 1920.

Extraído del archivo Nestro Makhno

lunes, 5 de mayo de 2008

Refused

Refused "New Noise" del disco "The shape of punk to come" 1998



viernes, 2 de mayo de 2008

A los libertarios. Guy Debord, septiembre de 1980.

Compañeros,
Estamos asistiendo al rearme espectacular del Estado, nuestro gran enemigo, cosa que hacen todas las clases dirigentes del mundo cuando quieren dar a la descomposición de sus fundamentos una apariencia de solidez. Sus excesos han paseado la verdad por todos los rincones del país: hoy en día no hay nadie tan ingenuo o tan desvergonzado que se atreva a negar que nos encontramos bajo un despotismo tan duro, envilecedor y difícil de soportar como el que hubo en tiempos de Franco, y a medida que pasa el tiempo, será peor. Nosotros estamos ahora dispersos, cuando no desmoralizados. Hemos entablado una batalla que no supimos librar como debimos. Hemos tenido bajas, tenemos presos. La lucha por su liberación puede ser un punto de partida para un nuevo movimiento revolucionario más efectivo y coherente; el silencio y la inacción nos llenarán de oprobio, la Historia jamás nos perdonará.

Estímados Compañeros
Lamentamos tener que llamar vuestra atención sobre una cuestión grave y urgente que, normalmente, tendríais que conocer bastante mejor que nosotros, que estamos lejos y somos extranjeros. Pero nos vemos obligados a constatar que diversas circunstancias os han colocado hasta hoy en la imposibilidad de conocer los hechos o su significado. Creemos pues, deber de exponer claramente los hechos siguientes, así como las circunstancias que han dificultado vuestra información.
Más de cincuenta libertarios en estos momentos, se hallan detenidos en las prisiones españolas, y muchos de ellos ya llevan varios años sin ser juzgados. El mundo entero, que cada día oye hablar de las luchas de los vascos, ignora completamente este aspecto de la realidad española actual. En España misma, la existencia y los nombres de estos compañeros son citados a veces ante un sector restringido de la opinión, pero se guarda generalmente silencio sobre lo que han hecho y sobre sus motivos; y nada concreto se emprende para lograr su liberación.
Cuando nos dirigimos a vosotros, no tenemos la intención de conceder a la C.N.T, tal como ha sido reconstituida, un papel de referencia central y de representación de los libertarios: todos los que lo son no forman parte de ella y todos los que forman parte no lo son.
La hora del sindicalismo revolucionario pasó desde hace tiempo, porque, bajo el capitalismo modernizado, todo sindicalismo tiene reconocido su sitio, grande o pequeño, en el espectáculo de la discusión democrática sobre los acicalamientos del estatuto del trabajo asalariado, es decir, en tanto que interlocutor y cómplice de la dictadura del trabajo asalariado: democracia y trabajo asalariado son incompatibles, y esta incompatibilidad, que ha existido siempre esencialmente, se manifiesta en nuestros días visiblemente, en toda la superficie de la sociedad mundial. A partir del momento en que el sindicalismo y la organización del trabajo alienado se reconocen recíprocamente, como poderes que establecen entre sí relaciones diplomáticas, toda clase de sindicato para poder llevar su actividad reformista, desarrolla dentro de sí un nuevo tipo de división de trabajo, más y más ridículo a medida que pasa el tiempo. Aunque un sindicato se declare ideológicamente hostil a todos los partidos políticos, no logrará, de ninguna manera, impedir su caída en manos de su propia burocracia de especialistas de la dirección igual que un partido político cualquiera. Cada instante de su práctica real lo demuestra. El asunto aquí evocado lo ilustra perfectamente puesto que, si en España los libertarios organizados hubieran dicho lo que tenían que decir, no hubiéramos nosotros tenido que decirlo ahora en su lugar.
De la cincuentena de presos libertarios, en su mayoría presos en la cárcel de Segovia, aunque también en otras cárceles (la "Modelo" de Barcelona, las de "Carabanchel" y "Yeserías" de Madrid, la de Burgos, la de Herrera de la Mancha, la de Soria ... ), muchos son inocentes, víctimas de las clásicas provocaciones policiales. De éstos se habla un poco, y hay quien está dispuesta defenderles, pero más bien pasivamente. Pero en cambio, la mayoría de los presos, han dinamitado efectivamente vías férreas, tribunales, edificios públicos. Han recurrido a expropiaciones a mano armada contra diversas empresas y buen número de bancos. Se trata en particular de un grupo de obreros de SEAT de Barcelona (que en un tiempo se denominaron "Ejército Revolucionario de Ayuda a los Trabajadores"), que quisieron de este modo aportar ayuda pecuniaria a los huelguistas de su fábrica, así como a los parados; y de los "grupos autónomos " de Barcelona, Madrid y Valencia, que han actuado por el estilo, mayor tiempo, con la intención de propagar la revolución por todo el país. Estos compañeros son igualmente los que se sitúan en las posiciones teóricas más avanzadas. Y mientras el fiscal pide penas individuales de entre treinta y cuarenta años de condena para algunos de ellos, ¡precisamente sobre éstos se cierne el silencio más absoluto y el olvido voluntario de tanta gente!
Al Estado español, junto con todos los partidos que en el gobierno o en la oposición le reconocen y le sostienen, a las autoridades de todos los países del extranjero que en ese punto están completamente de acuerdo con el Estado español, y a la dirección de la C.N.T reconstruida, a todos por una razón u otra, les interesa mantener en el olvido a estos compañeros, y nosotros, que nos interesa precisamente lo contrario que a ellos, vamos a decir por qué lo hacen.
El Estado español heredero del franquismo, democratizado y modernizado justo lo necesario para poder así poseer su plaza trivial en las condiciones ordinarias del capitalismo moderno, y tan atareado en conseguir la admisión en el lamentable "Mercado Común" europeo (y en efecto, la merece), se presenta oficialmente como resultado de la reconciliación entre vencedores y vencidos de la guerra civil, es decir, de franquistas y republicanos; y en verdad lo es. Los matices tienen poca importancia ahí: si del lado de los demócratas estalinistas, Carrillo es al presente un poco más monárquico que Berlinguer, en revancha, del lado de los príncipes de derecho divino, el rey de Espafía seguramente es tan republicano como Giscard d'Estaing. Pero la verdad más profunda y decisiva, es que el Estado español de hoy es en realidad el resultado de la reconciliación tardía de todos los vencedores de la contrarrevolución. Por fin se reunieron amigablemente, con la mutua consideración que se debían unos a otros, los que quisieron ganar y los que quisieron perder, los que mataron a Lorca y los que mataron a Nin. Porque todas las fuerzas que en aquel tiempo, o bien estaban en guerra contra la República -o bien controlaban los poderes de la misma -y son todos los partidos que hoy ocupan escaños en las Cortes - perseguían y alcanzaron, de diversas maneras sangrientas, el mismo fin: acabar con la revolución proletaria de 1936, la mayor que la historia haya visto aparecer hasta nuestros días, y por lo tanto, la que mejor todavía prefigura el futuro. La única fuerza organizada que tuvo entonces la voluntad y la capacidad de preparar esta revolución, de hacerla y -aunque con menor lucidez y firmeza- de defenderla, fue el movimiento anarquista (apoyado únicamente y en medida incomparablemente menor por el P.O.U.M.).
El Estado y todos sus partidarios no olvidan nunca esos terribles recuerdos, pero se afanan de continuo porque el pueblo los olvide. Por eso el gobierno prefiere, en estos momentos, dejar a la sombra el peligro libertario. Prefiere evidentemente hablar del G.R.A.P.O., forma ideal de un peligro bien controlado, puesto que este grupo, desde su origen, está manipulado por los Servicios Secretos, exactamente como lo son las "Brigadas Rojas" en Italia, o como la pseudo-organización terrorista, de nombre aún impreciso, cuya oportuna entrada en escena el gobierno francés anunció hace unos meses, por una serie de atentados menores. El gobierno español, satisfecho de su G.R.A.P.O., sin duda se pondría muy contento si no tuviera que hablar ya más de los vascos. Sin embargo tiene que hacerlo a causa de sus luchas constantes. Pero a pesar de todo, los vascos combaten por la consecución de un Estado independiente, y el capitalismo español podrá fácilmente sobrevivir a tal pérdida. La cuestión decisiva es que, mientras tanto, los vascos saben defender muy bien a sus prisioneros, de quienes no se olvidan ni un instante. La solidaridad en España, se sentía siempre como en casa. Si sólo se la viera ya en el País Vasco, ¿a qué se parecería España cuando los vascos se separasen de ella?
Los demás Estados europeos se acomodarían sin dificultades a una Euskadi independiente, pero soportando desde 1968 una crisis social sin remedio, además de tener tanto interés como el Gobierno de Madrid en que no reaparezca en España una corriente revolucionaria internacionalista. Lo que viene a significar, de acuerdo con las técnicas de dominación más recientes, que no se la vea aunque reaparezca. Estos Estados, también por su parte, se acuerdan de lo que tuvieron que hacer en 1936, los totalitarios de Moscú, Berlín y Roma, lo mismo que los "demócratas" de París y Londres, todos de acuerdo en la necesidad esencial de aplastar la revolución libertaria, y por eso mismo muchos aceptaron sin partirse el corazón las pérdidas o el aumento de los riesgos en los conflictos secundarios que les enfrentaban entre sí. Ahora bien, hoy toda la información en su totalidad se halla estatalizada, formal o solapadamente. Toda la prensa "democrática" se apasiona y se angustia tanto por el mantenimiento del orden social, que ni siquiera es necesario ya que el gobierno la compre. Se ofrece gratuitamente a sostener cualquier gobierno publicando exactamente lo contrario de la verdad en cada asunto, aunque tenga una importancia mínima; puesto que hoy, la realidad de cualquier asunto, incluso de los de menos interés, constituye una amenaza para el orden establecido. Sin embargo no hay tema en el que la prensa, burguesa o burocrática, disfrute tanto en mentir como cuando se trata de ocultar la realidad de una acción revolucionaria.
En fin, a la C.N.T reconstruida este asunto la apura de verdad. Y no es la indiferencia o la prudencia lo que la obliga a callarse. Los dirigentes de la C.N.T. quieren ser un polo de reagrupamiento de los libertarios sobre una base sindicalista, en la realidad moderada y aceptable por el orden establecido. Los compañeros que han recurrido a las expropiaciones representan, por ese mismo hecho, un polo de reagrupamiento completamente opuesto. Si unos tienen razón, los otros se equivocan. Cada uno es hijo de sus obras y hay que escoger entre unos u otros, examinando el sentido, la finalidad de sus acciones. Si hubierais visto a la C.N.T. llevar a cabo grandes luchas revolucionarias en estos últimos años pasados en prisión por los compañeros expropiadores, entonces podríais sacar la conclusión de que estos fueron demasiado impacientes y aventureros (y por otra parte la C.N.T, al animar grandes luchas revolucionarias, habría de todas formas, a pesar de las divergencias, actuado dignamente en su defensa). Pero si mejor veis que esa C.N.T. se satisface recogiendo unas pobres migajas del pan de la modernización española, la cual dicho sea de paso, no es de una novedad que de vértigo -¡todavía un Borbón! ¿y por qué no un Bonaparte?- entonces habrá que admitir que los que tomaron las armas no iban fundamentalmente errados. Finalmente, fue el proletariado revolucionario español quien antaño creó la C.N.T., y no al revés.
Cuando, la dictadura juzgó que ya era hora de mejorarse un poco, muchos pensaron sacar unas cuantas pequeñas ventajas de esa liberalización. Pero entonces, los compañeros autónomos encontraron deshonroso contentarse con ellas. De pronto, sintieron la necesidad de exigirlo todo, porque, desde luego, después de haber sufrido durante cuarenta años la contrarrevolución en su totalidad, nada ni nadie quedará limpio de esta injuria si antes no reafirma y hace triunfar la revolución en su totalidad. ¿Quién se atreve a llamarse libertario y censurar a los hijos de Durruti?
Las organizaciones pasan, pero la subversión no dejará de ser deseada jamás: "¿Quién te vio y no te recuerda?". Los libertarios son todavía hoy numerosos en España, y lo serán mucho más el día de mañana. Y felizmente la mayoría, y en particular la mayoría de obreros libertarios, son hoy por hoy incontrolados. Además, mucha gente, igual que en Europa, ha entablado luchas particulares contra unos cuantos aspectos insoportables, muy antiguos o muy modernos, de la sociedad opresiva. Todas estas luchas son necesarias: ¿a santo de qué hacer una revolución si las mujeres o los homosexuales no son libres?, ¿para qué un día liberarse de la mercancía y de la especialización autoritaria, si una degradación irreversible del medio ambiente impusiera nuevas limitaciones objetivas a nuestra libertad? Al mismo tiempo, nadie de quienes seriamente se hallan comprometidos en dichas luchas particulares, puede creer que sea posible obtener una auténtica satisfacción de sus exigencias mientras el Estado no haya sido disuelto. Pues esta sinrazón práctica es la razón del Estado.
No ignoramos que muchos libertarios pueden no estar de acuerdo con determinadas tesis de los compañeros autónomos, y pueden no querer dar la impresión de que se suman a ellas al hacerse cargo de su defensa. ¡Anda ya! No se discute de estrategia con compañeros que están en la cárcel. Para que esta interesante discusión pueda comenzar, primero hay que sacarlos a la calle. Creemos que estas divergencias de opinión, que agrandadas por el efecto de excesivos escrúpulos, correrían el riesgo de llevar a algunos de los que finalmente se llaman revolucionarios, a no plantearse tal defensa como cosa propia, pueden concretarse en cuatro tipos de consideraciones. O bien ciertos libertarios juzgan de otra manera, dentro de una óptica menos más apaciguable, la situación actual y sus perspectivas de futuro. O bien no están de acuerdo con la eficacia de las formas de lucha que los dichos grupos autónomos han elegido en este momento. O bien contemplan el caso en el que aquéllos se han comprometido deliberadamente, como poco defendible en el terreno de los principios, o solamente desde el punto de vista judicial. O bien creen estar totalmente desprovistos de medios de intervención. Estimamos nosotros que muy fácilmente podemos reducir a nada tales objeciones.
Quienes en los momentos actuales, esperan cualquier nueva mejora en la situación sociopolítica de España son evidentemente los que más se equivocan. Todos los placeres de la democracia autorizada hace mucho que dejaron atrás sus días más felices, y cada cual ha podido comprobar que sólo eran eso. En lo sucesivo todo se agravará, en España y en todas partes. Los historiadores concuerdan por lo general en considerar que el principal factor que durante un centenar de años mantuvo revolucionaria a España, fue la incapacidad de sus clases dirigentes en conseguir que alcanzara el nivel de desarrollo económico del capitalismo que, al mismo tiempo, aseguraba a los países europeos más avanzados y a Estados Unidos períodos mucho más largos de paz social. ¡Bueno! Ahora España va a tener aún que ser revolucionaria por la razón suplementaria de que, si la clase dirigente modernizada del postfranquismo se muestra quizás más hábil en alcanzar las condiciones generales del capitalismo actual, llega demasiado tarde, precisamente en el instante en que la cosa se descompone. Universalmente se constata que la vida de la gente y el pensamiento de los dirigentes se degradan cada día un poco más, y en particular en ese desdichado "Mercado Común" al que todos vuestros afrancesados en el poder prometen llevaros como si de una Fiesta se tratase. La producción autoritaria de la mentira crece hasta situarse en la esquizofrenia pública, el consentimiento de los proletarios se disuelve, todo orden social se deshace. España no llegará a ser apacible porque en el resto del mundo la paz ha muerto. Otro elemento decisivo de la propensión de España al desorden fue seguramente el espíritu de autonomía libertaria tan fuertemente arraigado en su proletariado. Es justamente la tendencia a quien ha dado la razón la historia del siglo, y que se extiende por todas partes, porque en todas partes ha podido verse hacia dónde lleva el proceso de totalitarización del Estado moderno, y a qué tristes resultados llegó, por medios canibalescos, el movimiento obrero dominado por burocracias autoritarias y estatistas. Así pues, es el momento en que, en todos los países, los revolucionarios se vuelven, en esta cuestión central, españoles.
Comprendemos mucho más las objeciones que pueden hacerse desde un planteamiento puramente estratégico. Podemos preguntarnos en efecto si, por ejemplo, atracar bancos para emplear el dinero en la compra de maquinaria de imprenta, que a continuación deberá servir para publicar escritos subversivos, es el camino más lógico y eficaz. Pero en todo caso estos compañeros indiscutiblemente lograron la eficacia, aunque de otra manera: simplemente, al acabar en la cárcel por haber aplicado por mucho tiempo y sin dudarlo un segundo, este programa de acción que ellos mismos se habían trazado. De este modo han prestado un gran servicio a la causa de la revolución, en España y en todos los demás países, precisamente porque han creado un campo práctico evidente que permitirá a todos los libertarioss esparcidos por España aparecer y reconocerse en la lucha por su liberación. Gracias a su iniciativa, os ahorran la molestia de buscar, a través de largas y difíciles discusiones, cuál sería la mejor forma de comenzar a actuar. No puede haber mejor forma que ésta, pues ella es muy justa en teoría y muy buena en práctica.
Ciertos libertarioss tendrán tal vez la impresión de que la gravedad de los hechos, desde el punto de vista judicial, vuelve más difícil la defensa de los compañeros. Creemos al contrario, que la misma gravedad de estos hechos facilita cualquier acción bien calculada en su favor. Los libertarioss no pueden, por principio, dar valor a ninguna ley del Estado, y esto es especialmente verdad cuando se trata del Estado español: considerando la legalidad de su origen y todo su ulterior comportamiento, concluiremos que su justicia nunca podrá funcionar decentemente sino es en forma de amnistía, proclamada por quien le venga en gana.
Por otro lado, asaltar bancos naturalmente es -un crimen muy grave a los ojos de los capitalistas; no a los ojos de sus enemigos. Lo reprobable es robar a los pobres, y justamente todas las leyes de la economía -leyes despreciables, destinadas a ser abolidas mediante la completa destrucción del terreno real en donde se aplican- nos garantizan que jamás un pobre se hizo banquero. Ocurrió que, en un encuentro en el que se intercambiaron disparos, un guardia jurado fue muerto. La indignación humanitaria de la justicia a ese respecto parece sospechosa en un país -en el que la muerte violenta es tan frecuente. En ciertas épocas, uno puede morirse como en Casas Viejas o como en la plaza de toros de Badajoz. En otras, según las necesidades tecnológicas del incremento del beneficio, también puede uno morirse deprisa y corriendo, como los doscientos campistas pobres asados en Los Alfaques o los setenta burgueses entre el lujo de plástico de un gran hotel de Zaragoza. ¿Se atreverán a decirnos que nuestros compañeros "terroristas" son responsables de tales hecatombes? No; son tan poco culpables de ello como de la contaminación del golfo de Méjico, porque todas esas pequeñas ligerezas han sido cometidas cuando ellos ya estaban en prisión.
La cuestión no tiene nada de judicial. Es una simple cuestión de correlación de fuerzas. Puesto que el gobierno tiene un interés tan evidente en que no se hable de estos compañeros, basta hacer que sea obligado de tal manera hablar de ellos para que el gobierno se vea forzado a sacar a conclusión de que su interés inmediato consiste más en ponerlos en libertad que en mantenerles encerrados. Entonces, que el gobierno escoja la forma de llegar a este resultado; sea por un proceso en el que fuesen condenados al número de años de cárcel que ya tienen cumplidos, sea por una amnistía, o sea permitiéndoles la evasión, la cosa no tiene importancia. No obstante hay que insistir en un hecho y es que, en tanto no exista un movimiento de opinión expresándose sobre su caso de una manera a la vez fuerte y amenazadora, una evasión procurada por las autoridades es peligrosa: conocéis ya la "ley de fugas" y volveréis a verla aplicar muchas veces.
Compañeros, no nos permitiremos sugeriros, a vosotros que estáis ahí, sobre el terreno, y que paso a paso podéis calcular las posibilidades y los riesgos, tal o cual forma de acción práctica. Con tal de que en todas partes figure en cabeza la exigencia explícita de liberación de estos libertarioss, todas las formas de acción son buenas, y las que más escándalo hagan, las mejores. Agrupándoos por afinidades, podréis descubrir o tomar, según vuestros gustos o las oportunidades disponibles, cualquiera de los medios de acción que fueron empleados en otra época o cualquiera de los que están aún por probar, rechazando sólo el caer en la bajeza de las peticiones respetuosas que practican en todas partes, y vanamente, los partidos de izquierda electoralistas. En principio, incluso es inútil la coordinación de tales acciones autónomas. Basta con que converjan hacia el mismo objetivo específico, proclamándolo constantemente, y multiplicándose con el tiempo. Y cuando ese objetivo preciso haya sido alcanzado, esa corriente libertaria en acción habrá reaparecido, se habrá dado a conocer y se conocerá a sí misma. Así podrá ponerse en marcha un movimiento general, que podrá coordinarse cada vez mejor hacia objetivos cada vez más amplios.
El primer objetivo a lograr será el de obsesionar al país con este asunto, lo que aprovechando la ocasión, equivaldría a dar a conocer al mundo la existencia presente del movimiento revolucionario libertarios en España, obligando a todos a conocer la existencia de estos presos, al mismo tiempo que la eficacia de quienes los defienden. Es preciso que los nombres de estos presos se conozcan en todos los países en donde los proletarios se yerguen contra el Estado, desde los obreros que libran grandes huelgas revolucionarias en Polonia, hasta aquellos que sabotean la producción de las fábricas en Italia, y hasta los contestatarios que viven bajo la constante amenaza de los psiquiátricos de Breznev o de las cárceles de Pinochet.
Como por desgracia hay demasiados nombres para poder citarlos todos (¡qué vergüenza! ¡cuántos Puig Antich sienten hoy la presión del garrote en el cuello, pero por treinta o cuarenta años a seguir la programación gubernamental!), nos limitamos de momento a citar los nombres de los culpables contra los que la justicia reclama, o ha pronunciado, condenas de más de veinte años de prisión: Gabriel Botifoil Gómez, Antonio Cativiela Alfós, Vicente Domínguez Medina, Guillermo González García, Luis Guillardini Gonzalo, José Hernández Tapia, Manuel Nogales Toro. Pero debe quedar claro que se exige la liberación de todos los demás, e incluso de los inocentes.
El primer punto a tratar es el de dar a conocer exactamente el problema; seguidamente impedir para siempre que se olvide, manifestando, cada vez de modo más fuerte, una impaciencia creciente. Que sólo una pequeña fábrica de España pare un día por esta reivindicación y ya será un modelo para todo el país. Tan pronto como deis a conocer su actitud ejemplar la mitad del camino estará andado. Pero, en seguida, aún no se inaugure un curso en la universidad, tenga lugar una representación teatral o una conferencia científica, que alguien, bien por una interpelación directa o mediante una panfletada, no plantee la cuestión previa de la suerte de nuestros compañeros y de la fecha en que serán liberados. No se tendría que pasar por una calle de España sin que se vieran escritos sus nombres en las paredes y en todos habrían de escucharse canciones cantando cosas de ellos.

Compañeros,
Si nuestros argumentos os han parecido correctos, difundir y reproducir con la mayor rapidez que podáis este texto por todos los medios de que dispongáis o que podáis tener al alcance. Y si no, arrojadlo en este mismo instante y comenzad en seguida a publicar otros que sean mejores! Puesto que está fuera de dudas el derecho que tenéis a juzgar con rigor nuestros modestos argumentos. Pero lo que aún está todavía más fuera de dudas, es el que la escandalosa realidad que nosotros hemos revelado tan bien como hemos podido, no es materia que vosotros podáis juzgar: al contrario, es ella quien, finalmente, va a juzgaros a todos.

¡SALUD!

¡VIVA LA LIQUIDACIÓN SOCIAL!

Extraído del Archivo Situacionista Hispano